Los estreno simultáneos, es decir a la vez en salas de cine y plataformas de streaming han demostrado ser un fracaso. La taquilla no está rindiendo como se esperaba a pesar de la vacuna contra la Covid-19; los espectadores siguen sin ir en masa a los cines, y tan solo Fast and Furious 9 ha sido un éxito como tal tras recaudar casi 700 millones de dólares. Ahora bien, las pequeñas películas se están beneficiando de esta situación, dado que con poco dinero ya son rentables, pero hay otras tantas que han sido un auténtico fracaso.
Las grandes productoras de la industia se han visto obligadas estrener sus grandes producciones en las plataformas digitales, sin embargo la mayoría de las mismas han terminado en recaudaciones de taquillas muy por debajo de lo esperado. Por ejemplo los dos mayores estrenos simultanes de Disney del 2021, Cruella y Black Widow apenas lograon superar el presupuesto invertido, cuando se esperaba que con todo y pandemia pudierian llegar a duplicarlo. Por el lado de HBO Max, su mayor estreno del años The Suicide Squad, pese a pertecener al género de superheroés y contar en su reparto con Margott Robbie y Jhon Cena, no llegó a igualar los 180 millones de dólares que costó su producción. Todas estas cintas tienen en común el haberse estrenado en cines y plataformas digitales a la vez.
Por el otro lado, las películas que solo se estrenaron en salas han recibido una mayor aceptación por parte de la taquilla mundial. Shang Chi: La leyenda de los 10 anillos (también producida por Disney) ha superado los 400 millones de dólares sin haberse estrenado en el mercado Chino. Mientras que F9 de Universal Pictures es el mayor estreno de la industria cinematográfica estadounisdense en lo que va del año, con más de 700 millones en taquilla. Incluso la modesta Free Guy, película de acción protagonizada por Ryan Reynolds ha logrado casi triplicar su presupuesto habiendose estrenado solo en cines.
La gran pregunta es ¿Por qué han fallado los estrenos simultáneos? Uno de los principlaes causantes es la piratería. Los estrenos simultáneos en una plataforma digital han hecho resucitar a un viejo fantasma: las descargas ilegales. Ahora, además, ya no hablamos de grabaciones de mala calidad, sino de auténticas copias digitales, que gracias a la mejora sustancial de la tecnología, están disponibles en tiempo récord. Los exhibidores fueron contundentes al asegurar que la caída en la segunda semana de Black Widow (tras lograr una buena apertura el fin de semana de estreno) es el perfecto ejemplo de las consecuencias negativas de colocar la copia en internet tan pronto.
Además, muchos de los estrenos más anticipados se han aplazado, lo que ha reducido la oferta de los títulos más comerciales y, por extensión, ha erosionado todavía más el hábito de asistencia al cine de un público clave para las salas: el espectador puntual.
Los datos de los estrenos más recientes marcan otra tendencia interesante. El problema de las salas no está en las audiencias más jóvenes (una demografía clave en el éxito de títulos como Godzilla vs King Kong o de F9) sino en el público más adulto y en las familias, dos grupos para los que la posibilidad de ver un título en el hogar ofrece más ventajas que exponerse al contagio en una sala de cine. s
Pese a que los número siguen siendo bajos, lo que al principia parecía un rumor ahora cada vez pierde más fuerza: que el streaming acabaría con las salas de cine. La realidad ha demostrado que las películas estrenadas por streaming o simultáneo han resultado en fracasos rotundos, mientas que las estrenadas solamente en cine han permitido a la industria seguirse a flote. Dune es la última gran apuesta de la industria por es modelo, el cuál parace que tiene que ajustarse. Y a decir verdad el gran problema de los cines en la actualidad no es streaming, sino más bien la pademia en sí: mientras puedan seguir abiertos y con mayores facilidades la insdustria de la pantalla grande resistirá.
