• “Es la novela en que se condensan todos los peruanos, pero también todos los problemas que aún nos duelen.”

Un mundo para Julius, esa novela escrita por Alfredo Bryce Echenique con la que muchos peruanos descubrieron no solo los problemas sociales que aquejan al Perú; sino también que la infancia se termina,  llega por primera vez a la pantalla grande el próximo 11 de noviembre. Rossana Díaz Costa, quien vuelve a la dirección cinematográfica luego de Viaje a Tombuctú (2013), nos abre las puertas de su casa para conversar acerca de su particular versión del mundo de Julis, que es de cierta forma el de todos los peruanos.

Adaptar siempre es un proceso complicado ¿Cuánto hay del libro en la película de Un mundo para Julius?

Del material original he trabajado la adaptación con El palacio original, el primer capítulo del libro. Es en este en el que creo yo que están los conflictos principales que se han traspasado a la película. He elegido diversos fragmentos de la novela donde siempre está Julius. He explorado el mundo del niño en su casa, que tiene diversos conflictos y ese sería el nivel de selección que he hecho, respetando la época en la que está ambientada.

¿Cuánto se ha modificado para acercar la película a la actualidad?

No puedo revelar el final de la película pero si hay una revisión de la actualidad. Se da a entender de cierta manera que lo que ocurría en los años 50  sigue pasando aún en el Perú actual. Sigue habiendo discriminación, racismo, clasismo, machismo. Todos los problemas de los que habla la novela son aún vigentes.

Y ¿De qué manera sirve la película de Un mundo para Julius  para hablar de estas problemáticas aún vigentes en el país?

Es una novela que sigue estando vigente por sus temas. El hecho de ver una casa donde está la servidumbre que vive en un lado chiquito, feo, sucio y luego la familia que vive en un lugar rico lleno de lujos; al que Bryce se refiere como un lunar de carne en el rostro más bello, nos lleva a cuestionarnos cómo siguen siendo las casas aún ahora. Hay una serie de situaciones en la novela que están en la película que nos llevan a reflexionar en el clasismo de ahora, en las desigualdades de ahora. Creo que la película debe ser una puerta abierta al diálogo. Las películas no solucionan problemas ni salvan a nadie pero pueden ser una puerta para poner temas en conversación.

Un mundo para Julius es una novela que muchos peruanos han leído en su adolescencia ¿Qué tan importante es para el imaginario peruano?

La novela de Bryce sigue siendo importante porque de alguna manera todos somos un personaje del mundo de Julius. Están representados todos los estratos sociales y los diferentes pobladores del Perú(ricos,pobres, clase media, limeños, selváticos y la población andina) . Es la novela en que se condensan todos los peruanos, pero también todos los problemas que aún nos duelen. Tengo la fe y la esperanza que la gente más joven se acerque a la novela gracias a la película y descubra esta obra tan importante en nuestro imaginario.

Trabajar con niños siempre es un reto distinto que trabajar con adultos ¿Qué tan retador fue trabajar con los niños que interpretaron a Julius?

Trabajé con niños en mi primera película, aunque eran un poco más grandes. Para Julis trabajé con un niño de nueve años, que no dio ningún problema, con una niña de ocho que tampoco dio ningún problema; de hecho se comportaron como actores profesionales. El niño de cuatro años fue todo un reto. Un niño tan chiquito que no sabía ni leer y que tuvo que aprenderse los diálogos memorizandolos mediante la repetición . Hay anécdotas muy graciosas, porque él nunca fue muy consciente de que estaba en una película. Creía que estaba jugando un juego en el que interpretaba a un personaje llamado Julius. De hecho hace poco me llamó la madre diciendo que quería volver a la casa a seguir jugando a ser Julius. Es un reto, pero siempre es bonito.

Un mundo para Julius es también una novela del tránsito hacia el fin de la infancia ¿Cómo un niño puede representar y escenificar dichos sentimientos?

Yo creo que Augusto, quien tuvo el reto de interpretar al Julius grande justo estaba pasando por el mismo tránsito. Justo cumplío diez años durante el rodaje y comenzaba a hacer las mismas preguntas que Julius al final de la novela. Se cuestionaba el porqué las cosas son de cierta forma. Hablamos mucho durante el rodaje y me preguntaba cosas como ¿Por qué hay desigualdad? ¿Por qué la servidumbre vive en un lado y los patrones en otro?. Augusto hacía los mismos cuestionamientos que tenía Julius. Un día mientras conversábamos dijo una cosa muy bonita: “Que cuando sea grande quería hacer algo para solucionar algunos de esos problemas en el Perú”. Creo que el hecho de interpretar a un niño de la misma edad le ayudó a entender más estos cuestionamientos.  Fue actuar de sí mismo.

¿Qué tan retador fue realizar la postproducción en la pandemia?

La pandemia afectó completamente al proyecto. Toda la postproducción tuvo que hacerse de manera remota. El trabajo remoto hace que todo demore el doble del tiempo. No es lo mismo trabajar al lado del editor tomando las decisiones en el momento, sino que tratando de comunicarnos via zoom, con el internet que se caía y teniendo que esperar para coordinar las modificaciones en la edición. Además estuvo la postproducción en Argentina, que fue aún más complicada por la diferencia horaria, sumada a la imposibilidad de viajar hacía que el proceso se aletargue.Además hizo que el proceso fuera más caro. Ahora para el estreno espero que la gente vaya más al cine que estos últimos días, con el aforo limitado y las restricciones las personas aún no están yendo a las salas como