Loreto es el territorio de mayor vulnerabilidad, medido por las condiciones de acceso a servicios básicos (salud, educación, energía eléctrica, saneamiento), población (infantil y femenina) y logro educativo (CEPLAN, 2019); y en la zona rural, la situación se vuelva en un estado calamitoso donde el índice de marginación humana y colectiva abre una enorme brecha difícil que el Estado y sus instituciones lo puedan cubrir.
En los últimos 6 años, el programa nacional Qali Warma ejecutó gastos en la adquisición de alimentos para ser distribuidos a los 108 mil niños y niñas atendidas en los 2 533 centros educativos de educación básica regular (MIDIS 2020), por un valor de s/ 577 millones y en lo que va del año 2020, la ejecución de gasto, bordea el 26 por ciento, y en el mismo periodo del 2019, el avance de gastofue ligeramente superior al doble registradoal 2020. La extensión de la pandemia, y con mayor intensidad en la zona rural, es laexcusa del atraso en la distribución de alimentos.
En la zona rural, las condiciones de alimentación son distintos y dispares a la vez, y una parte de los productos alimenticios distribuidos por el programa, finalmente no son consumidos por las poblaciones, sobre todo las originariascuya dieta familiar (y tradicional) infiere en lo local y donde la mujer tiene más habilidades para tratarlas, dejando de usarse (y de consumirse) productos como, por ejemplo: enlatados de sangrecita de cerdo, bofe de res, carne molida, lentejas, harina de kiwicha.
Esta disponibilidad de recursos para mejorar la alimentación y la salud familiar y colectiva de las poblaciones rurales no redujo sustancialmente las anemia y desnutrición crónica infantil, que en esta época de pandemia se ha visto intensificada por que los alimentos no llegaron a sus lugares de destino a razón que varias comunidades estuvieron aisladas e hicieron un cerco territorial a fin de evitar el contagio y el ingreso de cualquier persona a excepción los de personal de salud. Estimo que cerca del 20 por ciento (alrededor de s/28 millones anuales) de alimentos que distribuye el Programase desperdician por su no uso. En términos de ingreso monetaria que mide la pobreza, en los 25 distritos comprendidos en el circuito petrolero y en el Plan de Cierre de Brechas (PCB/PCM) del DS N°139-2019-PCM, la incidencia de pobreza en terreno nativo alcanza, en promedio, el 57 por ciento y existe una brecha de aproximadamente 81 por ciento respecto al distrito de referencia (en este caso Iquitos).
La pobreza se distingue más en la provincia de Requena, donde 5 distritos, de los 8 comprendidos en el PCB/PCM, supera el promedio; mientras que en la provincia del Datem del Marañón donde se concentra nueve lenguas originarias (Kandoshi, Awajun, Shawi, Kichwa y otras) el promedio de pobreza en ligeramente menor, siendo los distritos de Andoas, Cahuapanas y Manseriche los que superan el promedio (ver cuadro adjunto).
El programa de alimentos de Qali Warma, tiene parámetros muy rígidos de participación y exigencias en la lógica de cuidar la integridad y salud de los usuarios al momento de seleccionar los productos (inocuidad y peso alimenticio), donde solamente tienen acceso, por las exigencias, industrias (por su tamaño, carga tecnológica y por estar en el sector alimentico tienen protocolos de producción estricto) localizada en centros urbanos principales y escasamente se observa la participación de la industria local, y muy lejos se encuentran la participación directa de las organizaciones agrarias rurales donde su función es proveedora de insumos.En Loreto, a pesar de los años transcurridos y los resultados del censo agropecuario nacional 2012, muestran la pobreza en cuanto a las acciones de trabajo institucionalen la formación deorganizacióndeproductoresrurales, que son la base para un desarrollo rural integrado y planificado.
Para mejorar y optimizar el uso del Programa, en términos de consumo de los alimentos que se distribuye, sobre todo en zona rural y pueblos originarios, con una mayor participación de las propias comunidades y espacios rurales de producción, en un esquema de economía circular y seguridad alimentaria, se propone lo siguiente: A la lista de productos que distribuye el programa y que se consume, agregar: frijol (ucayalino), la pituca (tubérculo), plátano verde (para preparar mazamorra), plátano maduro (para preparar chapo), maíz y maní (para la preparación del Upe), incorporando otros productos como el aguaje, ungurahui y el huasai que tienen un alto contenido vitamínico, todos ellos serán certificados por SENASA al garantizar la inocuidad del cultivo. Otro grupo de alimentos que ingresaría a la canasta de productos locales es de origen hidrobiológico, todos ellos provenientes de lagos y cochas con un Programa de Manejo Pesquero (PROMAPE) a cargo de la Dirección Regional de la Producción (también puede incluirse a SERNAMP, en las zonas de reserva).
En el tiempo, el capital social constituido por los clubes de madres, vaso de leche y comedores populares tienen arraigo de trabajo mancomunado; y en el caso del distrito del Puinahua, la empresa petrolera (PetroTal Peru S.A)- Lote 95 – viene trabajando en la promoción y formación de mujeres con habilidades en la preparación de alimentos con productos locales, y los emplea en sus mismas instalaciones para ladotaciónde alimentos atodo su personal. Cada centro poblado donde se encuentran los programas sociales, tiene su equipamiento básico (ollas, cocinas, utensilios, local), donde se preparan los alimentos de manera mancomunada y rotatorio(en algunos casos dentro del perímetro del propio centro educativo).
