TRES FAVORITAS, UN OSCAR
El pasado domingo 9 de marzo se hizo historia en los premios Oscar. La coreana Parasite se convirtió en la primera película de habla no inglesa en recibir el galardón a “mejor película”. Además, se alzó con otras tres estatuillas en las categorías de mejor guión original, mejor película extranjera y mejor director para Bon Joon-Ho. En este filme, que también ganó la Palma de Oro del festival de Cannes, nos cuenta la historia de la familia Ki, quienes son sumamente pobres y viven en un semisótano en Seúl.
Su vida comienza a cambiar cuando el hijo menor empieza a dar clases particulares en casa de los Park, burgueses, confiados y con necesidades de satisfacer sus deseos de servidumbre. Poco a poco todos los miembros de la familia Ki comenzan a trabajar, gracias al engaño, en casa de los Park, sin que estos conozcan sus rasgos de parentesco. Iniciando un espiral dramática de la cual nadie saldrá indemne.
El director, nos da una obra donde se muestra un gran control de los géneros cinematográficos: condensa y dosifica la comedia negra, el drama y el suspenso de forma magistral, utilizando cada una en el momento justo, demostrando una excelente fluidez narrativa. Además, el filme destaca por un excelente manejo del tratamiento visual: los posicionamientos de los actores en el encuadre, el uso de la arquitectura, el manejo de planos y lentes, los fluidos travelings y la profundidad de campo.
Hay un manejo notable de los hechos que ocurren en el segundo plano, jugando con el enfoque. Así mismo, los encuadres están sumamente detallados. En la mayoría de las conversaciones los personajes están separados por líneas (una ventana, el marco de una puerta, una mesa) que acentúan que no pertenecen al mismo mundo. Así mismo, los personajes de la familia Park están siempre en una posición más elevada del encuadre, marcando su posición en la escala social.
Esta idea de arriba y abajo es constante en la película. Los Ki siempre ascienden para ir a casa de los Park, que se encuentra en lo más alto de una colina, mientras descienden para regresar a su hogar. Una gran crítica social sobre la diferencia de clases contada con la virulencia característica de Bong Jong-ho para entregarnos una fábula sobre “ciervos que no quieren ser ciervos” y “amos que solo quieren ser servidos” que consolida a su director como uno de los mejores del cine actual, en una historia en la que ni el más inesperado plot point se siente fuera de lugar y todos los personajes tienen una función específica que cumplir.
Luego de que una mediocre película como The Green Book se llevara el Oscar en 2019, el cine de calidad vuelve a tocar la gloria con un tema relevante para la sociedad: la desigualdad.
