La propuesta de crecimiento para la economía peruana en el 2021, según PCM-MEF1, es levantarnos a una tasa de 10 por ciento, siempre y cuando la pandemia ingresara a una etapa de lentitud, la vacuna aterrizara en suelo peruano, así como un quiebre en la adopción de formulación de políticas públicas a efectos de ir venciendo la inercia del crecimiento obtenido en los últimos años provocado por la confrontación en la lucha de poder político; y en estos años la lentitud del comportamiento de la actividad económica comenzó a sentir los efectos del cansancioa partir de 2014 con un resultado promedio de 3.1 por ciento hasta el 2019, luego de estar mostrando resultados de 5.4 por ciento en el tramo comprendido 1993-2013. Para el 2020, año particularmente pandémico, los registros oficiales muestran una caída hasta el mes de octubre de 13.4 por ciento, mientras el BM pronosticó una caída de 12 por ciento y el FMI en -13.9 por ciento, el peor resultado en laseconomíasdel mundo.
Es extremadamente probable que esta caída del PBI en el 2020 (no menor al 10 por ciento)va jalar con fuerza la pobreza a los 34 por ciento de población que se encuentra en condición de vulnerables de caer en pobreza monetaria (PM-MEF, pág. 7). Al 2019, la pobreza en el Perú fue de 20.2 por ciento, y si sumamos la población vulnerable, tendríamos un panorama terrible para el Perú, pues estaríamos contagiados por el virus de la pobreza más de la mitad de nuestra población (54 por ciento).Estudios referidos a laevoluciónde la pobreza en el Perú en los años 2020 y 2021, arrojan resultados como sigue: 2020: 30.3 por ciento; y 2021: 25.8 por ciento (UNICEF, 2020), aumentando a una cifra no menor a 10 millones de pobres monetarios en el 2020. Pobreza y desigualdad seráun retode enorme envergadura en estos años,sobre todo en nuestro año del bicentenario, y va requerir de esfuerzos orientados a mejorar y reestructurar las capacidades productivas a todo nivel, otorgándole a las regiones capacidades para valorar sus recursos, usos y elevar su productividad, en una plataforma de esfuerzos de complementariedad de los territorios, y al interior de los mismos.
Para el 2021, el panorama, de arranque,noestápintando un mejor panorama. Si bien se tiene previsto un crecimientooptimistade la actividad productiva del 10 por ciento, valor relativamente distante a las estimaciones del BM de 7 por ciento, mientras el FMI reconoce un 7.3 por ciento. En este primer mes, los eventos presentes sobre el avance y la aparición de nuevas cepas del viruscon un nuevo confinamiento de la economía de los países, hacen torcer y meditar estas cifras, en un entorno donde la informalidad laboral se volvió inmune a los esfuerzos de un Estado para incorporarlo a la estructuraeconómica. Los mayores gastos públicos en este 2021 se van a concentrar en transferencias monetarias no contributivas como bonos, subsidios, apalancamiento financiero, descongelamiento de aportes previsionales y otras formas de transferencias monetarias a los sectores sociales y empresariales de mayor vulnerabilidad; por tanto el gobierno se verá forzado a redistribuir el presupuesto público, reduciendo inversiones e incrementando gasto social; existiendo la posibilidad de aumentar la deuda pública en todos los niveles de gobierno.
