Hace algunos días escuché denunciar a una consejera regional que, en lugar de plantear una estrategia para enfrentar el coronavirus en sus nuevas versiones, se estaban haciendo proyecciones de muertos para los distintos escenarios.

En marzo del año pasado, mediante documento de la DIRESA se proyectaban para toda la pandemia un total de 59,349 contagiados, de los cuales 1,780 requerirían hospitalización, 267 de ellos cuidados intensivos y 120 necesitarían ventiladores mecánicos. En ese escenario se proyectaban 162 muertos en un escenario óptimo.

Contrastando las cifras al 25 de enero, realmente se infectaron 25,295 y fallecieron 770 personas. Es decir, se contagiaron menos de la mitad de lo proyectado, pero murieron casi cinco veces más de lo que estimaron.

Reciente en una sesión ordinaria de la Comisión de Desarrollo e Inclusión Social se anunció proyecciones muy parecidas a las de marzo pasado, pero esta vez no estimaron los contagiados, sino que se habló de que 17,804 pacientes infectados podían tener complicaciones. Las proyecciones de muertes se estimaron en 190 en un escenario leve, 247 en un escenario de moderado y 582 en un escenario crítico.

De lo anterior podemos inferir que se ha estimado un número de muertes por Covid-19 menor para un virus doblemente contagioso y más agresivo, sin una estrategia de contención y una capacidad operativa menor de la que se tenía el año pasado. Lo cierto es que la realidad los agarra de cachetadas, porque el promedio de muertes actual por día es de 10 personas, lo cual significa que en dos meses alcanzaran las 600 personas, cuando la pandemia no ha alcanzado su pico máximo.

Pero lo más grave de todo esto es que, según lo denunciado por la consejera regional, actualmente solo atiende una especialista UCI a medio tiempo para la atención de la totalidad de la población de Tacna que está expuesta al coronavirus en su nueva versión. A ello se suma que las camas UCI son solo para pacientes jóvenes, dejando a su suerte a los adultos mayores, quienes son los pacientes de mayor riesgo de muerte. Asimismo, anunció que el oxígeno será gratuito, pero con receta médica en pleno contexto del colapso del sistema de salud, donde las atenciones médicas están prácticamente suspendidas.

No es posible seguir enfrentando a un enemigo invisible sin una estrategia clara, sin un trabajo coordinado con las municipalidades y la población organizada, y un nulo trabajo preventivo promocional de la DIRESA. Lo curioso es que el gobierno regional tuvo una estrategia en abril del año pasado para enfrentar la pandemia, cuyo director, que lideraba el comando Covid, en ese momento, la encarpetó por pura mezquindad con el aval del gobernador, solo porque no era su propuesta.

No se trata de alarmar ni acusar a nadie, sino de llamar la atención sobre el desgobierno y la forma como se está gestionado la pandemia a fin de que se desarrollen las medidas correctivas para salvar vidas y no para seguir contando muertos.