- En periodos de crisis aguda se pierde la perspectiva de largo plazo. Las dificultades del presente y la incertidumbre con que se ve el futuro dejan poco espacio para el ejercicio de la imaginación. Imaginemos un Perú Mejor, Francisco Sagasti, 1999.
Perú potente y megadiverso, son en resumen las distintas y variadas denominaciones aterrizadas en documentos referidos a conocer las potencialidades del territorio y cómo resolver los problemas de la pobreza y desigualdad; incluso, Sagasti dibuja un estereotipo de Perú con múltiples realidades e insinúa la (imperiosa) necesidad de aplicar políticas diferenciadas para hacer realidad al Perú que imaginamos.
Estamos en una crisis aguda donde todos los indicadores económicos y sociales, y en mayor importancia la salud pública, se encuentran en condiciones extremas, complicada y de difícil solución a corto plazo, en tanto se descubra la efectividad de las variadas vacunas hoy en desarrollo, y que los ciudadanos del mundo lo demandan, en tanto que los estados lo necesitan para reactivar sus economías, hoy confinadas y en recesión por el rebrote de la pandemia. Pero ya existe una alerta temprana: el Perú en pandemia necesita financiar, por lo menos, el valor dejado de recaudar (ingresos del gobierno central) por un valor de s/11 mil 217 millones al mes de octubre 2020 comparado con el mismo periodo del año anterior, y el 23 de noviembre el ministerio de economía y finanzas (MEF) comunica que coloco us$4 mil millones en tres emisiones de bonos, donde el 93 por ciento fueron participantes extranjeros (https://www.gob.pe/institucion/mef/noticias/315751-peru-coloco-tres-nuevos-bonos-por-us-4-000millones-incluyendo-una-emision-con-vencimiento-dentro-de-101-anos) en una operación que demuestra el buen reconocimiento de nuestra economía en el mercado internacional, cuya deuda pública bruta representa el 32.1 por ciento del PBI al finalizar el tercer trimestre del presente año (BCRP, noviembre 2020).
Las tareas del gobierno interino de Sagasti es estabilizar la economía, trabajar con prudencia las finanzas públicas para evitar un mayor desequilibrio fiscal y fortalecer la lucha contra la pandemia, hoy con el temor casi seguro de un rebrote en los 30 días generada por las protestas sociales ocurridas en la semana del 9 al 15 de noviembre para tumbar a un Presidente que no representaba la voluntad ciudadana. Sin estabilidad no hay recuperación, y sin recuperación no existe bienestar ni distribución compartida, dependiendo de la orientación de política y los objetivos que persiguen; y en este orden de ideas, la presentación de la presidenta del Consejo de Ministros en el Congreso de la República el 3 y 4 de diciembre próximo donde anunciara los lineamientos de política general de gobierno de transición, que representa la guía de política de trabajo dentro del marco del Acuerdo nacional y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y esto, de por sí, representa un reto de enorme responsabilidad.
En el marco de un Perú que reimaginemos, el gobierno (interino) debe plantear políticas orientadas a crear territorios cohesionadas y descentralizados y con mayor peso de efectividad de resultados, con políticas publicas diferenciadas para balancear las brechas de atención con servicios públicos de calidad y con la fuerza de construir territorios potencialmente ricos en economías locales dinámicas y cohesionadas. La amazonia requiere una atención especial y diferenciada y una mirada fija en sus instituciones para crear las condiciones propicias de encauzar progreso y desarrollo. Riqueza natural tenemos, lo que nos faltan son instituciones y una sociedad que tenga la misma idea de desarrollo (compartido).
