RCR, 08 de mayo de 2020.- José Luis Gil Becerra, exjefe de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior y exmiembro del Grupo Especial de Inteligencia (Gein), dijo que la ausencia de un liderazgo en el gobierno y en la policía ha sido la causa fundamental de los actos de corrupción en las instituciones y, especialmente en la Policía nacional en esta emergencia por el COVID-19.
“Hay una ausencia de liderazgo en el gobierno y en la policía, porque tenemos jefes y no líderes. Usted puede tener cien generales, pero ninguno es un líder. Un líder es el inspirador, es el que hace que tú lo sigas, el que hace que uno de la vida por eso, pero si veo a mis jefes que están comprometidos en robos y que se pelean entre ellos por tener más puestos, entonces no hay liderazgos”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Puso como ejemplo la revelación que hizo el ex ministro Carlos Morán como causante de su renuncia. Eso ocurrió, dijo, porque el ex director general de la policía, José Luis Lavalle, se negó a acatar disposiciones formuladas por el gobierno como parte de sus políticas para preservar la salud de los peruanos en esta pandemia del COVID – 19. Cuando eso sucede la línea de mando se rompe y quien tiene que recomponer la autoridad es el presidente de la República, acotó.
También consideró que la corrupción es el peor virus que ha tenido la historia del Perú, en la que están metidos jueces, fiscales, empresarios, policías, militares, alcaldes, presidentes regionales y otros funcionarios. “En los casos que se están investigando en la policía esperamos se apliquen castigos, pero inusitadamente hemos encontrado a un Ministerio Público que le pone todos los reflectores a estas raterías en medio de una pandemia en la que la ciudadanía ha aplaudido el valor de la policía”, comentó.
Gil Becerra expresó su extrañeza por la forma cómo los fiscales direccionan las cámaras de los medios de comunicación hacia los casos en los que tienen que ver lamentablemente altos mandos de la PNP, cuando se está descubriendo que en todas las instituciones existen sobrevaloraciones en compras. Incluso hay denuncias de presuntos actos ilícitos en la Contraloría. “Pero de eso no se ocupan como sí lo hacen en el tema de la Policía nacional”, señaló.
Sostuvo que desde su punto de vista existe una explicación para ello y tiene que ver con disputas internas por cambios sustanciales en el manejo de las investigaciones de delitos que en la actualidad, según el Código de Procesos Penales, corresponde a los fiscales llevarlas adelante.
“El Ministerio Público ha salido en todos los medios para hablar de sus investigaciones y sus pesquisas, ¿Y qué es lo que esto refleja? Se viene el cambio del código procedimientos penales, en el cual el fiscal ya no dirige la investigación, sino que la va a dirigir la Policía Nacional. La Policía ya está preparada para pasar a la etapa de la independencia que se requiere para investigar y lamentablemente la Fiscalía está empeñada en que esto no se vea de esta forma”, afirmó.
Mencionó además que el Perú tiene 10 amenazas que las fuerzas de seguridad enfrentan y entre ellas figuran el narcotráfico, terrorismo, conflictividad social, criminalidad y crimen organizado. “Después de la cuarentena van a salir con una carga de ansiedad por recuperar el tiempo perdido. Estas amenazas requieren de una organización policial sólida, con la moral alta, estratégica, sosegada y más que jefes necesita líderes”, indicó.
Sobre el fracaso de las medidas de aislamiento social, comentó que el Gobierno debió usar las juntas vecinales, comedores populares y comités del vaso de leche para crear micro-estrategias en cada barrio. “La idiosincrasia peruana no es igual que la española e italiana. Debíamos de prever que la gente no iba a aguantar estar en sus casas. Se requería una micro-estrategia ciudadana que permita un control social barrio por barrio con sus líderes vecinales para que la gente entienda que no debía de salir de sus casas”, subrayó.
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