La exministra de Salud, Patricia García, sostuvo que el uso combinado de las pruebas rápidas y moleculares permite llegar a más gente y contar con un diagnóstico más completo de la enfermedad y de esa manera tener mejores armas para luchar en la guerra contra la pandemia del COVID-19.
RCR, 15 de abril de 2020.- En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), explicó que la prueba molecular hay que hacerla en los primeros días de la enfermedad porque de lo contrario ya no sirven, mientras que las pruebas rápidas o serológicas sí ayudan a diagnosticar a los pacientes que ya tienen cuatro o cinco días de infección.
“La prueba molecular nos sirve especialmente para los casos de los primeros días. La prueba serológica nos ayuda a diagnosticar a los pacientes que tienen por lo menos cuatro o cinco días de síntomas y en adelante e incluso me pueden decir que pacientes ya están recuperados o que pacientes ya tienen la inmunidad, o sea ya se recuperaron, su cuerpo funcionó a pesar que nunca sintieron los síntomas”, explicó.
Subrayó que la ventaja de la prueba molecular es que permite ver en los primeros días a las personas que tienen el virus. “Las pruebas rápidas permiten ver a los que tienen la infección y los que la tuvieron y son inmunes. Es una pena que haya habido una discusión que ha confundido a la gente. En realidad ninguna prueba es perfecta y para hacer un buen diagnóstico se busca una mejor combinación dependiendo en que momento de la enfermedad una persona tiene”, reiteró.
“Hacer la prueba rápida a los contactos nos permiten saber rápidamente quienes necesitan cuarentena y quiénes no. Las pruebas rápidas también se están usando ahora en las personas que vienen de viaje o se han quedado varadas en algún sitio, se les toma la prueba y se está demostrando que en algún momento ya fuera del país tuvieron la infección y que ya son inmunes, es decir que su cuerpo ya luchó con la infección, nunca supieron que la tuvieron pero ya no se van a contagiar ni son fuentes de contagio”, informó.
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