RCR, 05 de Diciembre 2020 .- Milton Von Hesse, exministro de Agricultura y exministro de Vivienda, advirtió que grupos radicales de izquierda y sectores populistas del Congreso quieren destruir las industrias de la agroexportación y de la minería, que son los pilares del crecimiento económico de nuestro país, para crear pobreza en la población y establecer una dictadura que reparta limosnas bajo el mismo modelo de Venezuela y Cuba.
“Lamentablemente estamos en una coyuntura en que los grupos radicales de izquierda junto con los populistas extremos, que lamentablemente son la mayoría en el Congreso, han coincidido en querer destruir el sistema. Hay que tener en cuenta un tema, la cuarentena ligada al tratamiento de la pandemia, lo que generó fue una caída de la producción del orden del 14% este año. De la mano con eso, el desempleo creció y hoy en Lima el 60% de la mano de obra es informal. Lo que viene después es que no se pagan impuestos y la reducción ha caído este año en más 30%”, afirmó a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
“Hay los que viven destruyendo la capacidad productiva y la capacidad de generar riqueza. Acá yo sí soy muy crítico con esta gente que primero ha paralizado la minería. Estos radicales de izquierda o con un populista están en contra de la minería empresarial, pero jamás han dicho nada en contra de la minería ilegal de Madre de Dios que destruye el bosque, que explota a la gente, que genera mil destrozos, que viene con delincuencia asociada. Esa no la toca, porque ellos aspiran a un mundo en el que todos sean un desastre para ellos mesiánicamente repartan las dadivas a esa población cautiva de esa pobreza como pasa en Venezuela y en Cuba”, dijo.
Señaló que la derogatoria la Ley de Promoción Agraria ha puesto en riesgo el empleo formal en el sector. “El lunes hay contratos que se vencen y que se deben renovar. Ahora si ya no tenemos la ley que va a pasar con aquellos contratos que tengan que renovarse a partir del lunes. Si no hay un marco legal probablemente va a quedar dos opciones o te contrato con el régimen general (solo el 30% de la mano de obra que se contrata en la agricultura es permanente), o te contrato de manera informal o no te contrato. El efecto sobre el empleo puede ser grande, porque lo que he hecho es quitar el marco legal que permitía que la agricultura se desarrolle de acuerdo a su necesidad temporal de mano de obra”, expresó.
Aseveró que “el no haber escuchado a los directamente involucrados, a los empresarios, ha sido parte del problema”. “Perú es un país informal para empezar. En Lima nomás la informalidad en el empleo es del 60%, en otras regiones la informalidad en el empleo llega hasta el 85%, como Loreto. Si yo detecto abusos en algún sector, la solución no es entrar y destruir el sector. Eso es absurdo”, indicó.
“En el sector agroexportador imaginemos que los más grandes sí podrían incorporar al régimen general al 70%, pero los medianos y pequeños agricultores de exportación no son los que exportan directamente, sino que venden su producción a comercializadores, ellos no van a poder absorber esa mano de obra. Lo que va a pasar es que o te contrato de manera informal o no te contrato. Entonces, lo que va a haber es una precarización del empleo y un gran desempleo en una región donde se había superado el pleno amplio”, subrayó.
Agroexportación redujo pobreza de 80% a 30%
Von Hesse explicó que “aquellas comunidades de donde sale mano de obra hacia la Costa han eliminado sustantivamente la pobreza, porque no solo traen la plata de haber trabajado, sino que además mejoran su producción agrícola en su comunidad de origen”. “Estamos rompiendo todo este círculo virtuoso por estos reclamos, que seguro tienen asidero, porque no todas las empresas cumplen con las normas laborales, pero estamos matando una mosca con una granada. Es una locura en realidad”, apuntó.
“La Reforma Agraria fue un proceso muy traumático para la producción empresarial. Los que lideraron la reforma tomaron la decisión de repartir la tierra, que es lo que se recuerda, pero lo que nunca se pone énfasis es que se destruyó la capacidad empresarial agrícola. Como consecuencia de ese proceso, quedamos con una agricultura de campesinos, pequeños agricultores que no tienen sueldo, que viven con una agricultura de subsistencia, produzco mi papita, no tengo acceso a crédito, soy muy pobre, no uso fertilizante, no tengo plata para invertir en riego, no tengo semilla certificada, no puedo contratar a un ingeniero si es que quiero atacar a una plaga, etcétera”, afirmó.
“Ese agricultor chiquito vende su producto al acopiador al precio que quiera pagar. Ese agricultor tenía un ingreso anual en a inicios de los 90 de menos de 600 soles por familia. La agroexportación permitió emplear a estos agricultores se empleen en los fundos más grandes con un contrato que les asegura por mes mucha más plata de la que ganaba en su parcelita por año. La pobreza rural se ha reducido de 80% a 30% en estos 20 años”, agregó.
Destacó que “antes de la Ley de Promoción Agraria, el Perú tenía un gran potencial para la producción agrícola para la exportación, tenía todo el desierto de la Costa, pero no había un marco legal para desarrollar con inversión empresarial esa agricultura”. “Se dio el marco legal que se necesitaba y llegaron las inversiones y se desarrolló la agroexportación. Como consecuencia de eso, comenzó a haber una gran oportunidad de trabajo”, dijo.
“Se han creado casi medio millón de empleos para gente que antes de esto no tenía esa opción. La opción sin agroexportación era la agricultura de subsistencia, la agricultura pequeñita sin derechos, donde uno tiene una parcelita y produce para vender en la puerta de la chacra. No nos estamos dando cuenta que uno de los sectores importantes para el crecimiento, generador de empleo y dinamismo lo estamos destruyendo con acciones populistas, principalmente del Congreso”, puntualizó.
“El próximo año se ha a aprobado el presupuesto, incluso en un nivel más alto que este año. Si yo tengo un presupuesto de 100 y mis ingresos son casi 40% menos, como financio el presupuesto, lo financio con deuda. Perú tiene muy poca deuda y ha salido a endeudarse, pero ya la deuda esta por exceder el 30% del producto que es nuestra meta fiscal y por lo tanto cada vez va a ser más difícil tomar deuda en el exterior y por tanto no voy a poder financiar mis gastos de gobierno. Por lo tanto, necesito más inversión. Y quienes son los que pueden generar más inversión rápidamente: la minería y la agroexportación, y son los dos sectores que están bajo ataque de grupos radicales y populistas. Hace por lo menos cinco años que no se registran inversiones importantes debido a ello. Entonces, estamos destruyendo al país”, enfatizó.
Fragilidad institucional es muy grande
También afirmó que “la situación es pésima, lamentablemente no ha habido reacción de la clase gobernante”. “Estamos atravesando por una fragilidad institucional muy grande. La Policía, después del maltrato recibido a raíz de su participación en las protestas que llevaron al cambio de presidente de Merino a Sagasti, la Policía ha estado muy temerosa. He visto videos donde la Policía era enviada a observar los desmanes, pero sin cascos y sin escudos y sin armas no letales, a ser simplemente agredidos por los manifestantes”, declaró.
Remarcó que “estamos generando condiciones para que los reclamos se canalicen de manera violenta, con tomas de carreteras”. “Entonces, hacemos lo que queremos, que el Gobierno nos va a aceptar. Acá hay un error también, son grupos determinados en del sector agroexportación los que han salido a protestar, pero no son todos mayoritariamente los que han salido a protestar. Estos piquetes son los que están perjudicando al resto”, advirtió.
Consideró, además, preocupante y penoso que el Congreso haya dado dos mensajes simultáneos a la población con la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria. “La primera es que a partir de ahora a quien toma una carretera se le va a satisfacer la demanda sin ni siquiera analizar la vinculación entre lo que se pide y el problema, porque después vamos a ver si la derogatoria de la ley va a solucionar el problema o lo va a ahondar”, señaló.
“El segundo mensaje es que a partir de ahora yo soluciono lo que me diga la presión política y yo genero un daño, cuyas consecuencias ni siquiera las he reflexionado. Esperamos que en este periodo de reflexión que ha anunciado el presidente en estas dos semanas en el que se va a generar una comisión y que van a discutir se pueda mitigar en algo el riesgo los problemas que se van a generar en futuro”, observó.
“Yo estoy seguro que si vamos al Congreso y hablamos con el personal administrativo y profesional, vamos a encontrar que en alguno de ellos sus jefes les retienen parte del salario para razones no claras o están predominando órdenes de servicio, cuando en realidad las órdenes de servicio no corresponden a su modalidad de contratación. Si estos trabajadores reclaman la solución no es cerrar el Congreso, sino más bien que entre la inspección laboral y sanciones los casos específicos de abuso. Así de absurdo es lo que está pasando con la Ley de Promoción Agraria”, comentó.
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