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PROYECTO SANTO DOMINGO CUENTA CON TODOS LOS PERMISOS PARA EXPLORAR

RCR, 27 de setiembre 2017.- El prospecto Santo Domingo, ubicado en el distrito de Ñuñoa (Melgar), a una hora de su principal centro poblado, es un proyecto de exploración de minerales que pertenece a la empresa Minsur y que a pesar de encontrarse en una fase incipiente y que podrían pasar muchos años para, eventualmente, convertirse en una operación minera, existe cierta polémica en torno a su actividad.

Alberto Rubina, superintendente de Gestión Social de Minsur, explica que la empresa es consciente de que la minería siempre levanta expectativas. “Existen temores atendibles, pero también cierto uso político del tema minero”.

Rubina afirma que se han tejido una serie de desinformaciones sobre el proyecto, pero que la población debe tener claro que este “no genera contaminación ambiental y que tiene todos los permisos necesarios para ejecutar sus actividades de exploración”.

Explica que, por su naturaleza, las exploraciones no generan efluentes contaminantes, solo fluidos de arcillas y componentes orgánicos presentes en la naturaleza, y los aditivos que se usan son biodegradables, por lo tanto, no representan un riesgo para la salud o el medio ambiente.

Consultado sobre la conflictividad, el funcionario explica que no percibe una situación abierta de conflicto. “Hay un grupo de personas que no está de acuerdo con ningún proyecto minero, sea por temores, desinformación o motivos políticos, y salen a manifestar su posición. Nosotros respetamos eso, pero también sabemos que hay bastante gente que sí quiere una inversión minera formal y responsable en la zona, pero no lo pueden manifestar abiertamente. En las zonas aledañas al proyecto, la relación es de apoyo y colaboración mutua”.

Uno de los temores que se ha estado movilizando en Ñuñoa es la posible afectación a la ganadería local. Al respecto, Rubina indica que la minería moderna, lejos de perjudicarla, la potencia. “Perú es un país agrominero desde tiempos inmemoriales. Actualmente podemos ver el modelo de desarrollo agrominero que se está llevando a cabo en Antauta con la mina San Rafael, donde se ha potenciado la ganadería con mejora genética, infraestructura y equipamiento, pastos y articulación comercial. Es mucho lo que la minería puede aportarle a la actividad agropecuaria. Por eso es importante escucharnos y no cerrar la puerta a inversiones responsables y serias”, concluye.

Finalmente, se le consultó sobre la inasistencia de la empresa a una reunión convocada por la Ronda Campesina de Ñuñoa: “A la ronda la respetamos y la reconocemos, nunca se le faltó el respeto, como por ahí se dijo. Desde un comienzo respondimos que no asistiríamos a la reunión porque las condiciones para exponer la información que solicitaron no estaban dadas. Propusimos una nueva fecha y en eso estamos ahora. Siempre estamos dispuestos a dialogar e informar sobre las bondades y detalles de nuestro proyecto, en un marco de respeto mutuo e institucionalidad”, afirmó.