Fuente: Andina
Con una inversión de 11,000 soles para acondicionar cada vivienda térmica o “casita caliente”, el programa Mi Abrigo, del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (Foncodes), lleva hasta la fecha 3,199 viviendas climatizadas que protegen del frío intenso a las familias andinas durante la época de heladas.
Estas viviendas térmicas acondicionadas hasta ahora demandaron un presupuesto de 30 millones 954,069 soles y protegen la salud y la vida de las familias que viven en los poblados andinos, especialmente a niños y adultos mayores, quienes son los más vulnerables a las bajas temperaturas.
Con el proyecto Mi Abrigo del Foncodes, programa del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), han sido acondicionadas las viviendas en tres etapas. En la primera, la intervención fue en centros poblados rurales de los departamentos de Apurímac, Cusco y Puno. Luego se expandió a Tacna, Moquegua, Arequipa y Huancavelica. Y ahora, su cobertura llega hasta las comunidades de Áncash, Ayacucho, Huánuco, Junín y Pasco.
En una tercera etapa del proyecto Mi Abrigo, están listas para entregar 990 viviendas rurales convertidas en casas térmicas utilizando la tecnología del muro “trombe”, que permite acumular calor por energía solar, elevando la temperatura de los dormitorios de los hogares rurales, especialmente en las noches y madrugadas.
La inversión para esta fase asciende a 10 millones 333,884 soles y las obras se realizaron en centros poblados rurales de 14 distritos de las provincias de Yungay (departamento de Áncash); Víctor Fajardo, Huanca, Cangallo, Parinacochas, Lucanas y Páucar del Sara Sara (Ayacucho); Huamalíes (Huánuco), Huancayo y Jauja (Junín), y Oxapampa y Pasco (en el departamento de Pasco).
Tecnología que calienta
Los trabajos de acondicionamiento para crear “casitas calientes” consisten en la construcción de muros “trombe”, tecnología desarrollada por el Grupo de Apoyo a la Zona Rural de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Estos muros se construyen con planchas de policarbonato transparente, piedras negras y listones de madera, entre otros. Uniendo estos materiales se edifica una cabina hermética adosada a la pared del dormitorio más expuesta a la luz solar.
El sistema permite que los rayos solares calientan el aire e ingresen al dormitorio a través de tres tubos de PVC habilitados en la pared, mientras otros agujeros en la parte inferior facilitan la salida del aire frío y húmedo. Así, la temperatura al interior del inmueble aumenta hasta en 15 grados.
La habitación es mejorada con la instalación de piso de madera machihembrada, doble puerta y ventana, y un techo tipo cielo raso de tela arpillera revestida con yeso. De este modo, se evitar la fuga del calor por 8 a 10 horas.
Además, los muros de adobe se refuerzan con geomalla Biaxial, convirtiéndola en una vivienda antisísmica.
Los usuarios de estas viviendas han sido capacitados y entrenados para manejar y dar mantenimiento el muro “trombe” durante el día y la noche, abriendo o cerrando los orificios para la circulación del aire caliente.