RCR, 21 de Abril 2022 .- La eventual aprobación de la castración química para los violadores sin cadena perpetua demandará una inversión al Estado, ya que tendrá que asumir el tratamiento, así como la vigilancia de la salud de la persona que será sometida a la castración química, expresó Arnaldo Tipiani Muñoz, decano del Colegio Químico Farmacéutico del Perú.
Tipiani dijo que todavía se desconoce el contexto de la eventual aplicación de la castración química, en caso el Congreso apruebe el proyecto del Gobierno. Sin embargo, explicó que es un proceso reversible, por lo que implica un seguimiento permanente para su cumplimiento y requiere la aceptación de la persona.
El químico farmacéutico estimó que el tratamiento anual por cada sentenciado demandará alrededor de 150 dólares, además de la atención de un equipo de profesionales como psicólogos y psiquiatras ya que las drogas utilizadas para la castración química afectan la salud de la persona a la que se impone la medida.
“Lo que estamos viendo son paliativos que no son la solución, porque también hay instancias a nivel internacional y el país tiene compromisos sobre la protección de las personas, siendo probable que algunas organizaciones se pronuncien en contra”, indicó.
Agregó que la castración química implicará un compromiso para el Estado, por eso se debe consultar si está en capacidad para asumir el costo, considerando que los servicios de salud en el país son deficientes.
El especialista anotó que la prioridad ante los casos de violación sexual deben ser las víctimas, a las que el Estado debe rescatar, proteger y rehabilitar, con mejores servicios de atención pública.
Retorno a clases presenciales
De otro lado, el decano del Colegio Químico Farmacéutico del Perú, Arnaldo Tipiani Muñoz, consideró adecuado restablecer las clases presenciales y el aforo al 100 por ciento de las aulas en los colegios, pero anotó que también se deben resolver los problemas de infraestructura educativa.
Tipiani detalló que los estudiantes necesitan adecuados sistemas sanitarios, aulas en buen estado, contar con psicólogos y acceder a los servicios de alimentación y salud.
