Analista en temas políticos, Ángel Delgado Silva, advirtió también que la conformación del próximo Congreso complementario es el resultado de una polarización en ciernes, que se ha expresado en el “surgimiento riesgoso” de una izquierda radical.
RCR, 29 de enero de 2020.- La prisión preventiva dictada contra la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, responde a la aplicación de una política persecutoria del gobierno empleada contra sus rivales políticos, aseguró el analista en temas políticos, Ángel Delgado Silva.
“Este tipo de medidas empieza a visualizar, ante un amplio sector de la población, que este tipo de acciones represivas cada vez menos tienen que ver con la justicia, y sí responden a una peligrosa opción política de perseguir a los rivales”, subrayó.
En ese sentido, expresó esta decisión judicial demuestra que “estamos ante una lógica absolutamente autoritaria que no tiene ningún reparo en burlarse de los derechos fundamentales, con el objeto de cumplir un propósito político, que es la persecución de un ciudadano”.
Estimó que, desde el punto de vista jurídico, la nueva sentencia contra Fujimori constituye una clara violación y un desafío a loa establecido por el máximo intérprete de la Constitución.
“Y, por otro lado, constituye también la evidencia clara de que el Estado de Derecho en el Perú no está funcionando como debería ser, y que las garantías que tenemos todos los ciudadanos para ser juzgados con la imparcialidad debida, no se está cumpliendo. Y que los elementos de la arbitrariedad y el abuso están dominando la escena”, apuntó.
En ese contexto, estimó que el mayor error de la defensa legal de la lideresa de Fuerza Popular estuvo en haber recurrido a las instancias del Poder Judicial, en lugar de haber recurrido de inmediato a la competencia del Tribunal Constitucional. “Ellos debieron saltar las etapas”, sostuvo.
En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), Delgado advirtió también que la conformación del próximo Congreso complementario es el resultado de una polarización en ciernes, que se ha expresado en el “surgimiento riesgoso” de una izquierda radical.
“En el Congreso anterior, la izquierda en su conjunto tenía veinte representantes. (Pero) a raíz de las últimas mediciones del resultado de la ONPE, la izquierda puede pasar a 34 representantes, si es que el grupo del señor Yehude Simon y de la señora Verónika Mendoza (Juntos por el Perú), logra ingresar al Parlamento. Y es evidente que entre las demandas van a estar posiciones maximalistas, como el cambio de Constitución y un conjunto de medidas que ahora sí van a poner en cuestión el régimen económico y social, que mucha gente pensaba que era absolutamente inmodificable”, enfatizó.
En ese contexto, consideró que con este auge de la izquierda “hemos dado un paso más hacia el abismo y a que se constituya un régimen autoritario”, al tener una población “que ha perdido la fe en sus propias instituciones, y en el sufragio”.
“Si alguna persona cree que el nuevo Congreso inaugura una nueva etapa promisoria para la democracia peruana, y que es una señal de un futuro diferente, luego de haber acabado con la corrupción y los viejos partidos, creo que se está equivocando”, concluyó.
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