RCR, 26 de Diciembre 2022 .- Pablo de la Flor dijo que la presidenta Dina Boluarte debe priorizar el manejo de la grave sequía que está afectando a los pequeños agricultores de todo el país, que están sufriendo la pérdida de sus cultivos de papa, quinua, maíz y otros granos. También advirtió que la falta de lluvias ha provocado más de 1,700 incendios forestales en lo que va del año y amenaza el normal abastecimiento de agua potable y el suministro de energía eléctrica.
“No se puede responsabilizar al gobierno saliente por la sequía, pero sí por la imprevisión frente a un fenómeno que ya se anunciaba hace meses y respecto del cual actuó (como en otros muchos ámbitos) con notable improvisación, impericia y dilación. Es imprescindible que la presidenta priorice el manejo de esta crisis poniendo en marcha medidas de apoyo que eviten el colapso de nuestra pequeña agricultura”, dijo en la secuencia “El vigía” de RCR.
Enfatizó que la sequía viene causando estragos en la sierra central y sur, amenazando cosechas y animales y poniendo en jaque nuestra ya menguada seguridad alimentaria. “Son 12 las regiones y más de 3,000 las comunidades afectadas por la peor sequía de los últimos 60 años”, indicó.
“Como consecuencia innegable del calentamiento global enfrentamos en esta oportunidad tres temporadas sucesivas del fenómeno de La Niña, asociada a la reducción de temperaturas oceánicas que trastoca los patrones atmosféricos globales sacudiendo con sus estragos distintas regiones del mundo”, afirmó.
Precisó que la sequía ya viene afectando de manera significativa los cultivos de papa, quinua, maíz y otros granos. “Las pérdidas podrían superar la mitad de la producción generando escasez de alimentos y fomentando la carestía en los mercados”, expresó.
“Las alteraciones también están diezmando los hatos de ganados en parajes altoandinos agravando la pobreza que afecta a buena parte de la población en esa zona. Por si fuera poco, la sequía también ha gatillado la proliferación de incendios forestales que ya han superado récords históricos, más de 1700 en lo que llevamos del año”, apuntó.
Remarcó que los efectos de esta crisis van mucho más allá del campo. “La falta de lluvias compromete igualmente el abastecimiento de agua potable, no solo en las regiones afectadas, sino también en Lima y otros centros urbanos de la costa. La carga de los principales reservorios apenas alcanza la mitad de los niveles que generalmente se ven en esta época del año. Otro sector de preocupación es el eléctrico, cuya capacidad de generación depende en buena medida las centrales hídricas, buena parte las cuales ya comienzan a acusar las consecuencias de la falta de lluvias”, subrayó.
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