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PRACTICAR LA RESILIENCIA AYUDA A CALMAR EMOCIONES Y ADAPTARSE A LA NUEVA REALIDAD POR LA COVID-19

Fuente: MINSA 

Mantener redes de contacto ayudará a evitar conductas desadaptativas como rechazo a llevar mascarilla y falta empatía

Lima, 20 de enero de 2021.- La práctica de conductas resilientes ayuda a calmar la frustración y afrontar con una actitud realista y fortalecida los sentimientos de incertidumbre, miedo y nerviosismo provocados por la pandemia de la COVID-19, informó el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) del Ministerio de Salud (Minsa).

La doctora Sonia Zevallos, directora de la Dirección de Adultos y Adultos Mayores del INSM, detalló que, en el inicio de la emergencia sanitaria por la COVID-19, la emoción principal era el miedo, pero en el transcurso de los meses han surgido otros sentimientos como la frustración y cólera que pueden llevar a conductas desadaptativas y difíciles de controlar.

Detalló que algunas de estas conductas desadaptativas son el rechazo al uso de la mascarilla, la falta de empatía y la negación al cumplimiento de las normativas que reflejan rabia y frustración, y ponen en riesgo la salud individual y colectiva.

«Otros tratan de evadir mediante la negación de la realidad o mediante el abuso de sustancias psicoactivas; por ejemplo, a través del consumo de alcohol buscan olvidar la realidad y relegar los sentimientos de ira y frustración», remarcó.

Entonces, ¿cómo canalizamos la frustración?

Zevallos resaltó que es muy importante que las personas mantengan sus redes de contacto que van a ayudar a transmutar las emociones negativas, destructivas y canalizarlas hacia emociones positivas, lo que finalmente va a construir la resiliencia, esa capacidad que tienen los seres humanos para afrontar las situaciones catastróficas y resurgir.

En ese sentido, la distancia física no necesariamente implica un distanciamiento social. Mantener el vínculo con los familiares o amigos se puede lograr a través de la conexión telefónica, las redes sociales o las plataformas virtuales que si bien no suplen el contacto físico, sí estrechan vínculos emocionales. 

“Debemos adaptarnos y utilizar los medios que tenemos a nuestro alcance para estar en contacto con las demás personas ya que ese apoyo es el componente fundamental de la resiliencia” señaló.