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POLITICA DE SALUD MENTAL NO DEBE SUSTENTARSE EN CONSUMO DE PSICOFÁRMACOS Y ESTUPEFACIENTES

RCR, 02 de Noviembre 2020 .- José Enrique Silva Pellegrin, presidente de la Asociación de Industrias Farmacéuticas Nacionales (Adifan), advirtió que el consumo de psicofármacos y estupefacientes no debe incentivarse en esta época donde se reportan casos de tristeza y depresión entre la población por el problema de la pandemia. Señaló que el Estado debe promover una política de cuidado de la salud mental, para elevar la calidad de vida de la población.

“Concretamente no hay una política de salud mental. Si la hubiera tendríamos una mejor situación de tranquilidad en nuestro medio. No vamos a decir que en otros países no pueda haber robos, feminicidios, agresiones o violencia en cada partido de futbol. Esto es producto de varios factores, el más importante es el educativo. Ahí empiezan a descubrirse un poco las tendencias o desviaciones de personas en su quehacer diario. Luego, aparecen algunos dispositivos legales que obligan a tener, por ejemplo, estupefacientes”, dijo.

En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), indicó que “una política pública no debe sustentarse en los psicofármacos, psicotrópicos o estupefacientes, debe sustentarse en la adecuada forma de emitir las noticias, educar a las personas, recomendar, aconsejar”. “Por ejemplo, entender claramente cuál es la diferencia entre la tristeza y la depresión. Dentro de eso hay una gama grande de casos específicos que deben tomarse en cuenta y que deben ser los médicos quienes diagnostiquen, observen no solo el momento en una consulta, sino el devenir de un periodo determinado con las personas”, anotó.

“Gran parte de los problemas depresivos se podrían tratar adecuadamente con una terapia, un seguimiento, un trabajo familiar, entre otros tratamientos”, destacó. Explicó que “son como treinta categorías terapéuticas que tienen que ver con los psicotrópicos y cada uno de ellos están clasificados en distintas clases y distinto control de la receta médica”. “Lo ideal es que la prescripción, partiendo desde el Estado, desde las postas médicas, debería darse de una manera adecuada. Yo puedo entender que un antigripal o pastilla para el sueño son psicotrópicos”, indicó.

“Los psicotrópicos son sustancias que intervienen en el sistema nervioso central. El psicofármaco está constituido por psicotrópicos que han sido manejados a través del laboratorio y los formatos correspondientes. Los estupefacientes son psicofármacos que produce, con mucha facilidad, dependencia. Entonces hay una clasificación que se hace a través de los especialistas. El estado debe tratar de manera adecuada los temas que tengan que ver con la salud mental. Debemos hacer un esfuerzo para que a partir de la nutrición y la dispensación se haga una observación y un seguimiento a cada una de las personas”, precisó.

Tratamiento social y educativo

Silva aseveró que “no existen enfermedades, existen enfermos que tienen características que deben llevar un adecuado tratamiento”. “Probablemente sea más importante el tratamiento social y educativo. Para tranquilidad nuestra, quisiera advertir que en los mercados privados donde más se sienten estos cambios han disminuido ligeramente este tipo de productos que tienen que ver con el sistema nervioso central. Otra razón sería que durante la pandemia la gente ha dejado de ir a los consultorios, porque estos no tenían los sistemas de bioseguridad aun o no han ido a los centros médicos hospitalarios por el temor al contagio”, manifestó.

“Todo lo que es prescripción médica ha disminuido, pero otros medicamentos han aumentado, como es el caso de la azitromicina, para poner un ejemplo. Entonces, el mercado en este año probablemente tenga una disminución en lo privado, pero un aumento en lo público. Todavía faltan algunos elementos que considerar dentro de la necesidad de mantener una salud mental de mejor nivel”, enfatizó.

Comentó que “no todo es depresión, deben saber diferenciar si es un tema coyuntural, si es tristeza”. “Debemos mirar con un poco más de cuidado y saber entender la tristeza y manejarla bien. Nos toca a las personas mayores el poder interpretar esto y si estamos en condiciones de dar un abrazo y dar un consejo, esa sería la forma más adecuada para luchar contra esa tristeza que puede ser malinterpretada como una depresión, y que podría detonar estados depresivos en aquellas personas con características de una persona de agresión social y ahí sí la necesidad de la intervención de un profesional especialista en estos problemas”, aclaró.

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