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NORMA TÉCNICA 231 – 300 GRAN PARÁMETRO EN DEFENSA DEL PRODUCTOR ALPAQUERO

Especialista en la técnica del proceso de la fibra de alpaca de Sierra y Selva Exportadora, Teresa Aquino Quispe, señaló que en la industria de fibra de alpaca destacan dos categorías profesionales: las maestras operarias de asiento y de control de calidad. 

RCR, 27 de diciembre de 2019.- La Norma Técnica Peruana 231 – 300 sobre categorización de la fibra de alpaca, significa un excelente parámetro para la defensa del productor y de la industria nacional de fibra de alpaca, destacó la especialista en la técnica del proceso de la fibra de alpaca de Sierra y Selva Exportadora, Teresa Aquino Quispe.

“Nosotros, como Estado, tomamos la iniciativa de hacer unos acopios para que el productor se beneficie. Y trabajamos con una norma técnica, que es la categorización de la fibra de alpaca. La norma 231 -300 1ue es única, a nivel nacional. Es un arma para que el productor pueda defenderse y nos respeten, tanto la industria como los intermediarios”, subrayó.      

Especificó que la norma técnica nacional clasifica el vellón de fibra de alpaca en cuatro categorías: 1- el vellón extrafino, de extraordinaria calidad y bien pagado; 2-  el vellón fino, que también es bueno y con un buen precio; 3- el vellón semifino, que es regular y se paga regularmente; y, por último, 4- el vellón grueso, que es de mala calidad y se vende a un precio mucho menor. 

“Anteriormente, las comunidades campesinas sólo acopiaban fibra al barrer. Fibra en vellón. No se hacía temas, no se daba valor agregado. Incluso, se vendía sin sistema de acopio. Anteriormente, el productor alpaquero vendría la fibra al intermediario. Y ese intermediario le pagaba al precio que ellos querían, robaban el peso e, incluso, manipulaban la fibra, malogrando la calidad”, especificó.             

Refirió que su labor en el proceso de fibra de alpaca técnica proviene de generaciones dedicadas a esta práctica ancestral.

“Este trabajo lo vengo realizando de generaciones. Mi madre era maestra clasificadora. Trabajó 38 años como maestra en clasificación de fibras de alpaca. De muy niña, mi madre me enseñó a esta labor. Y a mis ocho años, ya supe identificar las calidades en el vellón. Y a los veinte años ya prestaba servicios a las diferentes industrias textiles”, anotó.       

En declaraciones al programa Ganadería y Desarrollo al Día de Red de Comunicación Regional (RCR), Aquino señaló también que en la industria de fibra de alpaca existen dos categorías profesionales claramente diferenciadas: las maestras operarias de asiento y las maestras de control de calidad. 

“Son cosas diferentes. Maestras operarias de asiento, son las profesionales que trabajan dividiendo el vellón, sacando las diferentes calidades. Esas maestras lo realizan subjetivamente, a la apariencia. Por encima de ellas están las maestras de control de calidad, que garantizan la calidad. Son capacitadas por la industria en micronaje y parámetros de las calidades: manejan topes. Ellas han sido capacitadas en laboratorio. Ellas verifican la calidad en el proceso”, detalló.    

En ese sentido, resaltó que la tecnificación y especificación alcanzada en los últimos años ha beneficiado económicamente al productor alpaquero, permitiéndole incrementar sus precios en el mercado, sobre todo internacional.

“Hemos logrado implementar el tema de la calificación de la fibra de alpaca. Cuando vendemos fibras categorizadas, la industria textil nos paga la libra en soles. Pero cuando damos otro paso, que es la clasificación, le damos un valor agregado. Cuando vendemos la fibra clasificada, la industria textil nos paga en dólares y en kilos. Entonces, estamos incrementando el precio de la fibra de alpaca”, enfatizó.