Fuente : Poder Judicial 

Jurista argentino participó en sesión 175 de La Cátedra de los Jueves

La figura referente del penalismo americano Eugenio Raúl Zaffaroni, afirmó que en América Latina se tiene que superar el prejuicio absurdo de que los jueces son apolíticos, escépticos y no ideologizados. “Si hubiese una persona con esas condiciones sería la menos apta para ser juez, sería más bien un enfermo”.

Sostuvo que cada juez tiene una cosmovisión (visión o concepción global) que puede ser más progresista, más dinámica, más conservadora, más liberal; pero si lo que aspiramos es tener una democracia plural, ello debe estar representado en el Poder Judicial, una pluralidad ideológica. “No tengamos miedo a eso”.

Consideró que un juez que sin una cosmovisión no puede dedicarse a la judicatura, y que se debe tener conciencia de que cada sentencia, guste o no, es un acto político, un acto de gobierno, no partidista, pero un acto de gobierno de la polis. “No se  puede hacer sentencias como acto de gobierno de la polis, sin tener en cuenta la realidad social, qué consecuencias tendrá en la convivencia, en la sociedad”, remarcó.

Reflexionó sobre la responsabilidad de las universidades en la formación de los abogados que se dedican a la judicatura, manifestando que las críticas son válidas si los jueces fallan en sus funciones, pero señaló que estos  no nacen de una incubadora ni por generación espontánea, se forman en las universidades.

¿Qué estamos enseñando? un derecho que se reduce a lógica normativa, hemos elevado la lógica a la categoría de deontología, nos hemos  olvidado del ser, resolvemos solo problemas del deber ser, se preguntó.

Eugenio Raúl Zaffaroni participó en la Cátedra de los Jueves, el programa emblemático de la Corte Superior Nacional de Justicia Penal Especializada (CSN), disertando sobre “Lawfare en Latinoamérica”.

Desarrolló la experiencia Argentina en esta materia del 2015 al 2019, donde el lawfare “no ha sido una lucha por el derecho en sentido objetivo; sino algo llevado adelante por una suerte de asociación ilícita en la que participaron algunos jueces y fiscales”.  Criticó el silencio del resto del Poder Judicial argentino frente al escándalo que esto representó.

Aclaró que su país ha tenido una historia judicial y política complicada, con dictaduras y gobiernos constitucionales, donde la justicia ha tenido fallas a veces no muy encomiables. “Esas fallas siempre fueron para el lado de garantizar la impunidad de alguien. La impunidad, no la persecución política. En gobiernos constitucionales esto no tenía precedente. Es la primera vez que se produce una manipulación del sector judicial con un claro de sentido de persecución política”, anotó.

A lo largo de su exposición narró una serie de hechos y situaciones, donde dijo que el lawfare fue cometido, en todos los casos, por una asociación ilícita integrada por  pocos jueces o funcionarios, con agentes de los servicios de inteligencia del Estado,  mercenarios de los medios de comunicación y con algún policía delincuente.

Recordó que se armó tribunales, se persiguió algunos jueces que no eran manipulables, que el presidente de la República quería jueces propios y que hizo una campaña discursiva injuriando al fuero laboral.

En Argentina –dijo- el más grave defecto que hemos tenido es la irracionalidad de la estructura de nuestro Poder Judicial.

El presidente de la Corte Superior Nacional de Justicia Penal Especializada (CSN), Octavio César Sahuanay Calsín, agradeció a su nombre y el de la presidenta del Poder Judicial, Elvia Barrios Alvarado, la participación de Zaffaroni, a quien calificó como una figura icónica del derecho penal no solo continental, sino mundial. “Varios de nosotros hemos sido marcados fuertemente e impregnados con el pensamiento del maestro”, afirmó.

El presidente de la Comisión de Capacitación de la CSN, Francisco Celis Mendoza Ayma, fue el encargado de leer la hoja de vida del ilustre invitado.