RCR, 27 de Agosto 2025.- Walter Oyarce, docente y fundador del Proyecto Esperanza, sostuvo que la violencia observada en torno al fútbol no es intrínseca a este deporte, sino que es un problema que la sociedad en su conjunto la está experimentando.
En declaraciones a RCR, Oyarce explicó que esta violencia, que se vive también en países como Chile y Argentina, se hace más notoria en el fútbol debido a su capacidad para atraer la atención de cámaras, redes sociales y el interés público.
Oyarce Delgado, padre de Walter Oyarce Domínguez, joven asesinado por barristas en septiembre del 2011, enfatizó que es un error hablar de «violencia en el fútbol» cuando en realidad es la violencia de la sociedad que aprovecha las circunstancias del deporte para generar caos.
Anotó que, a pesar de que la violencia genera sensaciones negativas, el fútbol también puede ser una gran herramienta para pacificar si se trabaja para que el instinto y la emoción sean positivos, y así poder llevar mensajes y soluciones a la vida cotidiana.
Oyarce diferenció a los grupos violentos de las barras, indicando que no son simplemente hinchas o barristas, sino «bandas que actúan de una manera deliberada». Estas organizaciones están altamente sofisticadas, utilizando redes sociales para coordinar puntos de reunión, pre concentraciones e identificar a sus cabecillas y las actividades del grupo opuesto.
En cuanto a las autoridades, Oyarce afirma que tienen la preparación y el conocimiento para actuar, pero no lo hacen. Ante el problema, propuso aplicar un enfoque que consta de tres bloques: reconocer y reforzar las buenas acciones, hacer reflexionar sobre las consecuencias del comportamiento y aplicar sanciones a los autores de los actos de violencia.
Oyarce indicó que las personas que realizan disparos en enfrentamientos vinculados a un encuentro de fútbol
son fácilmente reconocibles y que la policía, mediante inteligencia y las redes sociales, podría identificarlos y actuar para controlar estos ataques.
Respecto al papel de los medios de comunicación, indicó que deben reconocer y entrevistar a los barristas que realizan acciones positivas, como repartir víveres o limpiar sus comunidades, para darles más fuerza y visibilidad.
Finalmente, sobre el rol de los clubes profesionales en Perú, Oyarce indica que no ha visto un trabajo «muy marcado» en la mejora personal de sus barristas. Argumenta que los clubes se sienten ajenos a esta problemática porque la violencia ya no ocurre dentro de los estadios, visión que consideró un error.
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