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La Oroya: remediación ambiental de Activos Mineros mejora economía de pobladores con revalorización de sus predios

Coinciden que además de ostensible mejora de calidad de vida, se abren nuevas posibilidades de desarrollo económico.

RCR, 15 de octubre de 2016.- Miles de pobladores de La Oroya (provincia de Yauli, Junín) además de haber mejorado su calidad de vida y haber asistido a la recuperación paisajística y urbanística de sus barrios, se han favorecido con la revalorización de sus predios y viviendas tras las obras de remediación ambiental de suelos ejecutadas por Activos Mineros S.A.C. (AMSAC).

Juan Julcarima, residente del Pueblo Joven San Vicente de Paul, en diálogo con RCR, Red de Comunicación Regional, destacó que se ha triplicado o cuadruplicado el valor de las propiedades en esta zona tras las tareas de descontaminación ejecutadas por la empresa estatal.

Recordó que San Vicente de Paul no era un buen lugar para vivir y se caracterizaba por la saturación de barro y contaminación, en consecuencia, los predios y viviendas tenían un valor promedio de 10 mil a 20 mil soles y generalmente eran de material rústico.

Cabe indicar que, a consecuencia de las operaciones del Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO) desde 1922, los pobladores de las zonas urbana y rural de esta jurisdicción estaban expuestos a suelos contaminados con metales pesados (plomo, cadmio, etc.) cuya exposición es peligrosa para la salud.

Tras las obras ejecutadas en el Pueblo Joven San Vicente de Paul (mejoramiento de pistas, veredas y graderías, entre otros), el valor de las viviendas se ha incrementado entre 50 mil a 70 mil soles, incluso, la descontaminación de suelos permitió a determinados propietarios la construcción de sus predios con material noble, refirió Julcarima.

Destacó asimismo que las obras permitieron una notable mejora de la calidad de vida de la población. Precisamente, la empresa estatal señala que la remediación de suelos reduce especialmente las concentraciones de plomo en la tierra, en el polvo y en el nivel de la sangre de los pobladores.

Henry Isuhuaylas Loayza, residente de Asentamiento Humano Alto Marcavalle, por su parte recordó en RCR que la valorización de los predios y viviendas fluctuaba de 2 mil a 5 mil soles en esta zona contaminada y llena de polvo y barro, valor que se ha incrementado de 15 mil a 30 mil soles con la recuperación ambiental de suelos por parte de la citada empresa estatal.

Señaló que las obras (construcción, pavimentación y mejoramiento de losas, veredas, cunetas, escalinatas, laderas, así como de áreas verdes y de reforestación) permiten a sus esposas e hijos disfrutar de sus barrios sin contaminación que temer.

En tanto, Julio Chaccha, ex presidente del anexo Muruhuay, sostuvo que los trabajos realizados en la zona a través de AMSAC han permitido generar un valor agregado (en precios y cotizaciones) de los predios, incluso de aquellas propiedades que estuvieron abandonadas han sido recuperadas.

Similar opinión expresó Richard Romero, ex presidente del barrio San Luis, en La Oroya Antigua. En esa jurisdicción los terrenos recuperados pueden llegar hasta quintuplicar su valor original. La obra consistió en la construcción y equipamiento de una losa deportiva con graderías.

Reveló que los (entonces) terrenos abandonados y dañados ambientalmente se cotizaban entre tres a cinco mil soles, sin embargo, hoy pueden alcanzar cifras superiores a 20 mil soles.

Desde el 2010, AMSAC ha realizado una inversión de 34 millones de soles para la remediación ambiental de suelos en la zona urbana del distrito de La Oroya y, se tiene previsto una inversión similar en la zona rural, trabajos que culminarán en el 2017.

AMSAC fue creado en julio del 2006 con el propósito de atender la cartera de pasivos ambientales mineros, que actualmente consigna casi nueve mil en todo el país, seleccionando los más importantes desde la perspectiva de las afectaciones a las poblaciones vecinas o que conviven con estos pasivos, como es el caso de los suelos contaminados en La Oroya.

Aquí los testimonios de Juan Julcarima y Henry Isuhuaylas, respectivamente.