– Considerando su tendencia prepandemia, se trata del número de visitas perdidas debido a la pandemia, los conflictos sociales, la falta de avances en infraestructura, gestión y promoción turística.
– Especialistas concuerdan en que se requiere liderazgo y decisión política para recuperar turismo en el Cusco y la ciudadela inca.
Lima, miércoles 3 de setiembre de 2025. El Instituto Peruano de Economía (IPE) llevó a cabo el seminario virtual “Machu Picchu: De la crisis a la oportunidad”, que contó con la participación de Roger Valencia, presidente del Instituto Cusqueño de Economía (INCUSE); Juan Stoessel, CEO de Casa Andina; y, Carlos Gallardo, gerente general del IPE. En este espacio se discutió el estado del turismo en el santuario y las decisiones de políticas públicas necesarias para desarrollar sus potencialidades.
Gallardo señaló que, en 2024, Machu Picchu tuvo 1.5 millones de visitas, lo que representa todavía 77 mil visitas por debajo del 2019, y alrededor de 500 mil menos que lo que hubiese alcanzado si recuperara la tendencia de los cinco años previos a la pandemia. Más aún, según estimaciones del IPE, entre el 2020 y 2024 Machu Picchu habría dejado de recibir cinco millones de visitas respecto de su tendencia prepandemia. Ello hubiera significado 25% más visitantes que los que realmente recibió la ciudadela inca en ese periodo. Asimismo, según las últimas cifras del 2025, correspondientes al periodo enero-julio, el sitio arqueológico recibió 675 mil turistas extranjeros, aún 3.6% menor que en similar periodo de 2019 (700 mil turistas).
Esta caída no solo responde al impacto de la pandemia y los conflictos sociales, sino también a una falta de inversión sostenida en infraestructura, conectividad y promoción turística. Ello ha impactado sobre la creación de empleo en la región Cusco: entre el 2019 y 2024, se perdió un tercio del empleo directo e indirecto generado por el turismo, lo que equivale a 33 mil puestos de trabajo perdidos. En 2024, la economía del Cusco creció apenas 0.8% en 2024, pero pudo haber crecido 35% más (es decir, 1.1%) si los arribos a hospedajes hubiesen recuperado su nivel prepandemia, según estimaciones del IPE. Recién este año, entre enero y mayo, Cusco ha alcanzado el número de visitantes a hospedajes que registró en 2019.
En esa línea, Roger Valencia advirtió que Machu Picchu atraviesa una etapa de envejecimiento como destino turístico. Los cuellos de botella en el acceso, la reducción del gasto de los visitantes y el deterioro en la calidad del servicio han generado un círculo vicioso que deteriora la satisfacción del turista. El especialista propuso renovar la imagen del destino, incorporando atractivos y modernizando la gestión del espacio con un enfoque centrado en mejorar la experiencia del visitante, desde la planificación del viaje hasta la vivencia en el lugar.
Para ello, consideró clave ampliar no solo el área visitable del santuario, sino integrar al circuito a atractivos turísticos dentro de otras provincias como Anta y la Convención. Además, resaltó la urgencia de tomar acción decidida desde el más alto nivel dado que el aeropuerto de Chinchero se convertirá en una verdadera puerta de entrada para la región.
Desde el sector privado, Juan Stoessel hizo un llamado a pensar en el largo plazo. Subrayó que Machu Picchu genera alrededor de S/220 millones anuales solo en boletería, pero lleva años sin recibir inversiones relevantes. Recordó que la UNESCO ha respaldado la implementación de centros de visitantes y la puesta en valor de los caminos incas, lo que muestra que existe viabilidad técnica. “Cada dólar invertido se multiplica en empleo para las comunidades y dinamismo económico para todo el circuito turístico del sur”, afirmó. También recalcó que la sostenibilidad del sitio requiere liderazgo y decisión política para priorizar su conservación.
Por último, Gallardo reflexionó sobre las oportunidades que ofrece el turismo alrededor de la ciudadela. “Durante años se asumió que Machu Picchu dinamizaría por sí solo el turismo nacional, pero sin inversión ni gestión eficiente, ese potencial se va perdiendo”, advirtió. Para el IPE, una solución a Machu Picchu es urgente para dinamizar el turismo a nivel nacional y beneficiar a millones de ciudadanos que viven de esta actividad.