En Vivo

APURÍMAC Y JUNÍN CAEN EN ÍNDICE DE COMPETITIVIDAD MIENTRAS QUE LORETO Y UCAYALI SUBEN

Economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), Víctor Fuentes, manifestó también que la segunda región menos competitiva sigue siendo Cajamarca, con resultados negativos en el sector laboral y económico.

 RCR, 05 de junio 2019.- Loreto y Ucayali fueron las regiones del Perú que más progresaron en el Índice de Competitividad Regional (INCORE 2019), mientras que Junín y Apurímac las que más retrocedieron; a la vez que Lima y las circunscripciones de la costa sur, las que lideran la lista, reveló el economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), Víctor Fuentes.

“Son dos regiones las que han mejorado más. En primer caso está Ucayali, y en el segundo caso está Loreto. Por otra parte hay dos regiones que han caído más: Junín y Apurímac”, subrayó. 

En la víspera, el Instituto Peruano de Economía (IPE) presentó, por sétimo año consecutivo, el nuevo Índice de Competitividad Regional (INCORE 2019), elaborado con el apoyo del Consejo Privado de Competitividad (CPC), y que permite conocer los avances en el desarrollo económico y social de todas las regiones del Perú.

“La competitividad nos dice cuáles son las condiciones que tenemos para aprovechar de mejor manera los recursos que disponemos, ya sean financieros, físicos (infraestructura), institucionales e, incluso, humanos, para poder generar desarrollo económico. Y, a partir del desarrollo económico, generar mayor bienestar. Y con el mayor bienestar, disminuir pobreza, para ponerlo en el círculo completo” especificó Fuentes. 

Explicó que el Índice de Competitividad Regional cuantifica la posición relativa de las 25 regiones, separando a Lima Metropolitana y el Callao del resto, a través de cuarenta 40 indicadores enmarcados en seis pilares de competitividad que incluyen, el entorno económico, la infraestructura, la Salud, la Educación, laboral e instituciones.

En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), Fuentes manifestó también que existe una relación bastante fuerte entre una mayor competitividad y una menor pobreza, ya que las regiones que se encuadran en el primer aspecto son las más atractivas para el mercado y un referente para las inversiones.

“En esa línea, las regiones más competitivas tienden también a ser las menos pobres. Y un poco para ir al otro lado, de las ocho regiones menos competitivas, el tercio inferior, siete son igualmente las más pobres”, apuntó.    

Junín en situación bastante crítica  

Respecto a las dos regiones que más retrocedieron el índice de competitividad, advirtió el caso de Junín en donde la regresión se ha dado en los seis pilares medidos por el INCORE; mientras que, de manera agregada, ha mejorado solo en cinco indicadores, se ha mantenido en quince y ha retrocedido en veinte.     

“Esta es una situación bastante crítica. Y la reducción en la competitividad de Junín se explica por dos pilares: el de Salud y el laboral. En el caso del pilar Salud, ha habido un incremento de la anemia, de 53 % a 57 %. Y ese incremento de la anemia es contrario a la ligera reducción que ha ocurrido en el promedio nacional. Este incremento de la anemia es el segundo más alto. Entonces, la situación en Junín no era buena y se ha puesto un poco peor, en términos de Salud”, detalló.

Agregó que en el caso del pilar laboral, ha habido una fuerte desaceleración en el crecimiento del empleo formal, que ha pasado del 0.6 % al -0.1 %. 

Apurímac, alarmante retroceso

En el caso de Apurímac, refirió que ha existido un retroceso en su competitividad, que había sido desarrollada por el impulso de la actividad minera, debido a una serie de factores como una ampliación en la brecha salarial, de 20 a 30 %, a la vez de ser una las pocas regiones en la que ha  aumentado el nivel de la informalidad de 86 a 88%.

“Y otro aspecto importante es que no solamente el entorno económico se ha visto afectado en Apurímac, sino también el institucional. Por ejemplo, la percepción sobre la gestión pública regional se ha reducido fuertemente”, anotó. 

Advirtió, asimismo, que Apurímac es una de las regiones en las que cuáles la criminalidad y las denuncias por delitos ha aumentado significativamente, de pasar 5.3 % a 8.3 % denuncias por cada mil habitantes.  

Dijo que de no superar las brechas negativas en los índices de competitividad que aquejan a Apurímac, difícilmente Apurímac será atractiva para el desarrollo de la inversión, especialmente la minera.

“Recordemos que Apurímac es, después de Cajamarca, la segunda cartera más grande de proyectos de inversión minera, de acá a los siguientes cinco años. Entonces si nos hay condiciones adecuadas para que se desarrolle Las Bambas, qué es un proyecto grande que ya tenía varios años, ¿qué condiciones les puede esperar a los siguientes proyectos? ¿Cómo podemos promover la inversión privada en las condiciones en la que está sufriendo Las Bambas?”, preguntó.

Ucayali y Loreto, regiones con más progresos en competitividad

Fuentes indicó que si bien Ucayali y Loreto son las dos regiones que más avanzaron en los índices e competitividad, dijo que ello no oculta que sean igualmente las circunscripciones con muy altos indicadores de pobreza.

“Ucayali ha sido la región que más ha avanzado. De los 40 indicadores ha mejorado en quince y solo ha retrocedido en diez, una situación completamente diferente a la que tiene Junín. Esto se explica por la mejora en Salud y en Laboral. En el caso de Salud, es importante destacar la reducción de la desnutrición crónica, que ha pasado del puesto 20 al 16. Ucayali tiene un nivel de desnutrición de solo 12.6 % pero insuficiente, porque el promedio nacional está en 8.8 %”, puntualizó.

Loreto: una paradoja

En cuanto a Loreto, el especialista del IPE refirió que se trata de un caso bastante interesante, porque se trata de una de las regiones más pobres y menos competitivas, con el acceso a los servicios públicos más reducido del todo el Perú.

“En el caso de la menor competitividad, tiene que ver mucho con la infraestructura. Loreto presenta el exceso al combo de luz, agua y desague más bajo del país. Mientras que nueve de cada hogares, en Lima, tiene acceso a luz agua y desague. Y en el Perú es de siete de cada diez. En Loreto es tres de cada diez. Sin embargo, ha mejorado en el precio medio de la electricidad”, acoto. 

Otro avance importante registrado en Loreto está en lo institucional, con su fuerte aumento en la ejecución de la inversión pública, que ha pasado de 61.5 %, en el 2017, a 75 % de lo que presupuestado, en el 2018.

“Su situación, en el plano Educación, es muy débil. Es la última en Educación. Y también es el último en Salud. Por ejemplo, tiene los últimos niveles de prevalencia en la anemia, desnutrición crónica, y partos institucionales, que son elementos clave que están inmiscuido en el desarrollo de los niños”, aseveró.

En todo caso, sostuvo que el desafío está en poder encontrar innovaciones para acercar los servicios públicos a los pobladores, tanto a nivel rural como urbano.

“Una de las posibilidades es la utilización de la energía solar y alternativa. Hay que ser un poco más innovadores y creativos para llevar los servicios públicos a los pobladores, aun cuando el nivel de ruralidad, la extensión y la distancia sean importantes”, remarcó.

Cajamarca tradicionalmente menos competitiva

El experto recordó que Cajamarca ha sido tradicionalmente una de las cuatro regiones menos competitivas del país, lo que –anotó- se refleja en una mala situación de muchos de sus indicadores.

“De los seis pilares que mide el INCORE, Cajamarca se ubica en el tercio inferior de todos estos. Siendo, por ejemplo, en el caso del entorno económico, que es el penúltimo en el gasto real por hogar. Esto sorprende, considerando el potencial minero energético que tiene”, anotó.

Tras indicar es que sabido que desde hace quince años la inversión en minería es bastante reducida en Cajamarca, refirió que no sorprende que el presupuesto público mensual per cápita sea de sólo de S/ 306, un tercio menos que el promedio nacional.

“En el caso de provisión de servicios públicos, es bastante insuficiente. Cajamarca tiene un nivel de acceso públicos a los servicios públicos de sólo 43 %, cuando a nivel nacional está en 70 %. En esa  misma línea, el nivel el estado de su red vial pavimentada es del 38 %. La desnutrición crónica es la segunda más alta del país y casi duplica el promedio nacional. En el caso de la educación, tampoco tiene indicadores buenos, con uno de cada tres colegios con los todos servicios básicos, y la tasa de analfabetismo es bastante alta. Y Cajamarca se ubica en el penúltimo puesto en el nivel de informalidad, con 89 %“, detalló.   

Lima y regiones de la costa: lo más alto en competitividad

Fuentes destacó que tanto Lima como las regiones de la costa sur, como Tacna, Moquegua, Arequipa e Ica se encuentran en lo más altos niveles de competitividad del INCORE, en todos sus indicadores, principalmente en los pilares de Salud y Educación.

Dijo que Lima, que ocupa el primer lugar en el INCORE, lidera además los pilares “Entorno Económico” e “Infraestructura y Laboral”. Sin embargo, recordó que la principal debilidad de esta región sigue siendo el pilar “Instituciones” que, pese a la mejora de dos posiciones, se ubica en el puesto 22.

“Destaca mucho el caso de Arequipa. Por segundo año consecutivo se mantiene en el segundo puesto de competitividad. Y en esta consolidación es importante destacar la mejora en Salud. Y buena parte de la responsabilidad de estos resultados no dependen del gobierno central, sino de los gobiernos subnacionales”, apuntó.

Resaltó que en el caso de Arequipa la desnutrición crónica es de sólo 3.8 %, una de las más altas del país, a la vez que uno de los índices que más ha mejorado, es en la vacunación.

Ver entrevista…

YouTube player