RCR, 03 de diciembre de 2025.- El director de la empresa Infraestructuras SAC, Antonio Montoya, señaló que el consumo energético se proyecta a crecer para el año 2030 debido al aumento poblacional que incrementa el consumo sustancialmente en los edificios, responsables del 30% de la huella de carbono en el mundo. Asimismo, afirmó que es fundamental implementar sistemas tecnológicos en los edificios para controlar la energía, destacando que el aire acondicionado y la iluminación representan un fuerte consumo.
“La eficiencia energética se ha convertido en un eje crítico para el desarrollo urbano y la industria de la construcción a nivel global, el crecimiento acelerado de las ciudades, del sector gubernamental y, especialmente, de los data centers cuyo consumo energético se proyecta en fuerte aumento hacia 2030, está generando una presión sin precedentes sobre los sistemas eléctricos”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Indicó que la construcción es responsable de aproximadamente 30% de la huella de carbono mundial, lo que evidencia la urgencia de adoptar nuevos modelos de gestión energética. En ese sentido, precisó que la clave para enfrentar este desafío es la implementación de tecnologías capaces de controlar y optimizar el uso de energía en los edificios.
“La utilización de sistemas de aire acondicionado e iluminación, representan los mayores consumos, pueden reducir significativamente su impacto mediante herramientas digitales y sensores, esta transformación ya se encuentra en marcha, actualmente hay inversiones importantes en tecnología que permiten que la operación sea más rentable y eficiente”, afirmó.
Montoya sostuvo que la modernización no solo es viable en edificaciones nuevas, también es posible adaptar estructuras antiguas en plazos relativamente cortos. Edificios corporativos, universidades y centros de datos en el Perú ya operan con sistemas inteligentes, entre ellos Pardo 200 en Miraflores, instalaciones de Claro y América Móvil, Plaza República y el nuevo aeropuerto Jorge Chávez.
“La recuperación de la inversión oscila entre cuatro y cinco años, un periodo corto considerando el ahorro que generan estas tecnologías al reducir el consumo energético. La verdadera eficiencia no radica únicamente en instalar paneles solares u otras energías renovables, sino en optimizar primero el consumo existente, un proceso que es cinco o seis veces más eficiente que apostar directamente por fuentes renovables”, enfatizó.
Subrayó que el avance tecnológico también demanda formación especializada, y uno de los retos nacionales es formar profesionales en áreas como digitalización, inteligencia artificial, Internet de las cosas y cómputo en la nube, que serán esenciales para la gestión de edificios inteligentes.
“El Ministerio de Energía ya impulsa un plan referencial de uso eficiente de energía y prepara regulaciones que obligarán a industrias y edificios a alinearse con estándares de eficiencia. Entonces, es importante seguir fomentando una campaña masiva de información para que la población comprenda la magnitud del desafío climático”, anotó.
Remarcó que el calentamiento global ya afecta a los países latinoamericanos con mayor intensidad, pese a ser menores emisores. “Todos debemos aportar, siendo conscientes del consumo energético en cada uso, la transición hacia ciudades sostenibles no será posible sin una ciudadanía informada y sin una industria capaz de adoptar tecnologías que garanticen un futuro más resiliente”, puntualizó.
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