RCR, 05 de Junio 2025.- Carmen Rosa García Dávila, presidenta ejecutiva del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), alertó que la Amazonía corre el riesgo de convertirse en una zona con poca cobertura boscosa. Agregó que Madre de Dios ha perdido 122 mil hectáreas de áreas forestales por culpa de la minería ilegal, que origina contaminación que afecta todo el medio ambiente, incluso ha traído consigo el incremento de la violencia y la trata de personas.
“La Amazonía es un ambiente muy megadiverso, pero también muy frágil y estamos destrozándolo, además de alterar el agua en toda Sudamérica, que depende de los bosques amazónicos, y de ellos depende el clima de todo el mundo. Entonces, tenemos que darnos cuenta la importancia del ambiente en la vida, no solo del hombre, sino de todo el planeta”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Precisó que uno de los casos más críticos es Madre de Dios, donde la minería ilegal ha provocado la pérdida de más de 122 mil hectáreas de cobertura boscosa. Mencionó que esta actividad ha devastado el ecosistema, contaminado ríos con mercurio y destruido el suelo, dejando vastas zonas infértiles.
“Ya no hay vida, no hay fauna ni flora, ni microfauna del suelo, por ello, el IIAP trabaja en la recuperación ecológica mediante tecnologías que restauran la salud del suelo, como el cultivo de leguminosas de alto rendimiento, que permiten iniciar procesos de regeneración ambiental porque la contaminación en los ríos ha generado la creación de nuevos pozos”, expresó.
García sostuvo que la devastación ambiental también tiene un impacto social profundo, ya que la minería ilegal ha traído consigo el incremento de la violencia, la trata de personas y el colapso de las estructuras sociales. Por lo tanto, el IIAP viene impulsando alternativas para las comunidades locales y se reduzca la dependencia de actividades ilegales.
“El IIAP impulsa alternativas económicas sostenibles para las comunidades locales, como la crianza en cautiverio del pez mota punteada, la piscicultura y el aprovechamiento de la castaña porque el objetivo es insertar a la población en sistemas formales de producción que reduzcan la dependencia de actividades ilegales”, anotó.
Finalmente, instó a la ciudadanía y a las autoridades a tomar conciencia del valor del ambiente y a comprometerse con su preservación. “Debemos dejar una herencia viva, sana y digna, como la que nosotros recibimos, vivimos en un planeta privilegiado, pero también tenemos una responsabilidad con las futuras generaciones”, concluyó.
