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GLACIARES SUYUPARINA Y QUISOQUIPINA DE CORDILLERA VILCANOTA DISMINUYERON MÁS DE 116 METROS EN ÚLTIMOS 10 AÑOS

RCR, 24 de Noviembre 2020 .- Alejo Cochachin, coordinador del Área de Evaluación de Glaciares y Lagunas de la Autoridad Nacional de Agua (ANA) del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), advirtió que los glaciares Suyuparina y Quisoquipina de la cordillera de Vilcanota, Cusco, han retrocedido más de 116 metros en los últimos 10 años, causando la disminución del caudal de los ríos. Señaló que los gobiernos regionales y locales deben emprender proyectos para amortiguar la pérdida de los glaciares por el cambio climático mundial y la consiguiente escasez de agua en todo el país.

“La ANA desde el 2010 inició un trabajo de seguimiento del comportamiento de los glaciares Suyuparina y Quisoquipina, en la cordillera de Vilcanota, en la que hemos tenido información de que han retrocedido entre 100 y 116 metros cada uno con un promedio de 13 metros por año. Ese es el proceso que se está dando en estos glaciares”, informó a través de Red de Comunicación Regional (RCR).

“En la cordillera de Vilcanota, desde el año 1962 a la actualidad, ya hemos perdido un 43% de superficie glacial, eso quiere decir que 246 kilómetros cuadrados se han derretido. También en la cordillera de Vilcabamba hemos perdido ya un 75% y en Urubamba otro igual de 75%. Son situaciones que se están presentando por este efecto del cambio climático”, precisó.

“Hemos encontrado que tenemos 2,025 glaciares, que cubren 1,100 kilómetros cuadrados en nuestro territorio. En comparación con los otros cuerpos glaciares de 1962, ya hemos perdido una superficie de 53% a nivel nacional, siendo con mayor proceso de retroceso en Arequipa, Cusco y Puno, que están registrando un proceso acelerado”, aseveró.

Destalló que “en Áncash, el proceso de retroceso se está dando en un promedio de 19 metros por año”. “Desde 1948 hasta 1976 teníamos una velocidad de ocho metros por año. Ya a partir de 1977 hasta la actualidad, este proceso se ha incrementado a 19 metros por año, quiere decir que se ha duplicado a más del doble el retroceso glaciar en las cordilleras. La Cordillera Blanca es una de las cordilleras de mayor tamaño a nivel nacional y representa una pérdida del 40% en los últimos 50 años”, dijo.

Incendios forestales derriten glaciares

Cochachín explicó que “este cambio climático es un cambio a nivel global que se está dando en nuestro planeta, en el cual se está incrementando la temperatura, pero también estamos contribuyendo con la quema de pastos y de árboles”. “Estas partículas que se desprenden al ser quemados con el aire se depositan en la superficie global”, indicó.

“El proceso se está dando a nivel nacional y a nivel global. En la Antártida está retrocediendo por kilómetros de distancia, se están desprendiendo bloques de hielo de la masa principal de la Antártida hacia el océano. Son procesos que se están dando por efectos del cambio climático. Nosotros debemos ver la forma como reducirlas y también como contribuir en reducir estos impactos que afectan a los glaciares, dejar de hacer incendios en las zonas altas, dejar de utilizar estos combustibles que también afectan a los glaciares”, subrayó.

Dijo que “en un glaciar de la Cordillera Blanca hemos encontrado que estas partículas en la superficie glaciar forman una capa oscura que retiene los rayos solares y derriten aún más”. “Esa radiación retenida por esta capa está derritiendo al doble de un proceso natural que se da en los glaciares. Es por eso que debemos evitar estas quemas en las zonas altoandinas, porque afectan a nuestras reservas de agua que son los glaciares”, precisó.

Señaló que “los glaciares de agua nos entregan agua en los meses que más necesitamos, en los meses de temporada seca, y esto en los últimos años ya está registrando una disminución de los caudales de los ríos”. “Estamos buscando lagunas que se han formado por el proceso glaciar y que podemos aprovechar para captar agua en épocas que más necesitamos. Esa es la tarea que estamos iniciando de hacer proyectos en las cabeceras de cuencas para incrementar la cantidad de agua, pero también estamos trabajando en temas de calidad de agua”, apuntó.

Reforestación como solución

“Para prolongar la vida de los glaciares estamos impulsando la forestación en las partes altas, que nos van a servir para atrapar los gases que generan el efecto del cambio climático. Por otro lado, estas actividades de reforestación nos van a servir como un colchón de agua que va a retener las lluvias y que de forma natural puedan entregar a la cuenca”, observó

“También estamos impulsando que se recuperen los bofedales, que existen en las quebradas, que son fuentes importantes de agua que entregan durante los meses que necesitamos. También necesitamos ejecutar proyectos para almacenar agua en las partes altas, en pequeñas cochas, en pequeños reservorios, en algunas lagunas que se han formado de manera natural, que son las cubetas. Ese es el trabajo que estamos impulsando y que los gobiernos regionales tienen que poner de su parte para incrementar el agua en las partes altas”, puntualizó.

Enfatizó que “lo que necesitamos es una dirección política de parte de los gobiernos locales y regionales”. “Todos los gobiernos apuntan a hacer trabajo en la ciudad, pero no están haciendo trabajos en las partes altas. Necesitamos hacer trabajos en las partes altas, como infraestructuras de almacenamiento, necesitamos hacer trabajos de conservación de suelos en las quebradas, para evitar huaicos. Es un trabajo que ningún gobierno regional y los gobiernos locales están haciendo”, criticó.

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