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EXONERACIÓN DEL IGV AL CUY VIVO CIMENTA FORMALIZACIÓN TOTAL DE PRODUCTORES

Especialista en animales menores, cuyes, caprinos y conejos de la Dirección General de Ganadería, Daniel Huamaní Bedoya, señaló que actualmente menos del 1 % de los productores de cuyes son formales.

RCR, 27 de enero de 2020.- La reciente exoneración del Impuesto General a las Ventas (IGV) al cuy vivo es la principal medida, aunque no la única, para cimentar la formalización total de los productores de cuy vivo, destacó el especialista en animales menores cuyes, caprinos y conejos de la Dirección General de Ganadería, Daniel Huamaní Bedoya.

“En realidad, es un primer paso de los cuatro o cinco pasos que tiene que hacer el ministerio de Agricultura para poder fomentar mucho más la formalización de los productores de cuyes”, subrayó.

En ese contexto, indicó que la alimentación es siempre el punto más fuerte de costo de producción en los productores formales de cuy.

“Y, obviamente, por la cantidad, volumen y tipo de crianza, el forraje constituye costo importante, dentro de esta actividad productiva. Y hay que ver que el forraje también está exonerado del IGV. Hay que entender que dentro de toda actividad comercial, cuando uno compra, adquiere un bien o servicio, se genera un crédito fiscal. Entonces este crédito fiscal, al momento de nosotros vender nuestros productos, podemos descargar el pago que tenemos que hacer al momento de hacer las ventas”, especificó.

Dijo que si dicho crédito fiscal es poco a nada, el IGV que se paga al hacer las ventas pasa a ser un costo para los productores, “porque nosotros asumimos ese pago” y -anotó- eso pasaba con los productores de cuyes.

En declaraciones al programa “Ganadería y Desarrollo al Día” de Red de Comunicación Regional (RCR), Huamaní señaló también que actualmente menos del uno por ciento de los productores de cuyes son formales.

“Son muy pocos los formales. Hay un último reporte del INEI, que hablo mucho del tema de la informalidad y el empleo. Y ellos hacen un comparativo del 2007 al 2017, en cuanto a la formalidad. Y, obviamente, el sector agropecuario y pesca es el único de todos los demás que tiene más del 50 por ciento de informalidad. Puntualmente, un 88 por ciento”, detalló.

En ese contexto, el funcionario estimó que en término de nivel de ingreso y beneficio económico, la exoneración tributaria a los productores de cuyes significa un porcentaje promedio de entre  un 15 a 20 por ciento de rentabilidad.

“Hay muchos productores que van a ver esto como una ventaja propia. Y si tomamos acciones propias solamente para el bien de uno mismo, lamentablemente perjudicamos a otros. Tenemos un producto que se vende formal a un precio determinado. Si lo exoneramos del IGV, tu puedes pensar de dos formas: Ese IGV que ya no pagas, o bien pasar a ser tu mayor ganancia, o bien a ser   un ajuste al precio de lo que ya estás comercializando para que se impulse el consumo”, especificó.

Agregó entonces que “si tú lo tomas como una ganancia adicional a lo que ya tenías, ya no lo vas a pagar”, con lo que -anotó- “vas a generar que el mercado se mantenga estático, tal cual”.

“(En cambio) ¿que pasa si tu ajustas y de verdad disminuyes el precio de la carne de cuy, que en realidad es cara? Fomentas el consumo, porque empiezan los intermediarios y los consumidores finales van a tener un precio más real, más ajustado”, apuntó.

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