RCR, 18 de Agosto 2021 .– Omar Neyra, experto en salud pública, sostuvo que el Perú no está preparado para afrontar una tercera ola de contagios, debido que su sistema hospitalario está colapsado. Explicó que el Ministerio de Salud no ha impulsado una vigilancia epidemiológica potente, para detectar y aislar a los infectados con la variante delta del covid-19, a fin de evitar la propagación de la enfermedad.
“En el Perú el sistema hospitalario está colapsado, si alguien ha intentado sacar adelante esto es el personal sanitario. La variante delta es la tormenta perfecta para tener la catástrofe de las otras olas. En la segunda ola del gobierno de Sagasti murieron cerca de 110 mil personas y se vaticina un escenario difícil”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Señaló que el Perú tiene un cuarto de la población vacunada para recibir una tercera ola, pero no es suficiente para detener una catástrofe sanitaria. “En términos de salud pública para sarscov2 es una cifra muy pequeña para afrontar una tercera ola. No hacemos la vigilancia epidemiológica con la potencia que se debe hacer. Todo apunta a que es la variante delta la causante de estas olas en el mundo, epidemiológicamente debería comportarse así en el Perú, esperamos que no lo sea”, indicó.
Enfatizó que las vacunas no son el único mecanismo para salir de la pandemia, pues la vigilancia epidemiológica sigue siendo el motor principal. “Identificar los casos con pruebas moleculares, aislar los casos para que no sigan contagiando. Es un trabajo arduo, pero sigue siendo uno de los principales mecanismos para evitar que la variante delta no se propague, como sucedió con la primera y segunda ola”, precisó.
“Necesitamos una cadena de laboratorios públicos y privados que funcione como un sistema para tener 100 mil pruebas moleculares al día y tener los resultados en 8 horas, con el fin de detectar a los asintomáticos, porque en esta pandemia estos asintomáticos son los que contagian y transmiten la enfermedad. Lo que hay que hacer es que la gente se contagie, detectando a los portadores”, afirmó.
Remarcó que a eso hay que añadirle vigilancia genómica, para buscar que tipo de variante anda por el país. “Se dice que son 107 casos de variante delta, eso hay que multiplicarlo por varias decenas para entender que debe haber muchos más. Eso te permite planificar, aislar y hacer seguimiento de casos. Eso es un trabajo arduo, pero es un camino para evitar contagios. De lo contrario, seguimos en el mismo nivel de desnudez sanitaria que la primera y segunda ola, con resultados de ser el país con un mayor número de fallecidos en el mundo”, aseguró.
“El Instituto Nacional de Salud intentó monopolizar la toma de pruebas, pero hoy el sector privado tiene la capacidad de tomar 30 mil pruebas diarias, el Estado tiene unas 18 mil. No solo es fortalecer laboratorios, sino fortalecer cadenas. Ayer veía 200 casos positivos, debe ser mucho más, algo no anda bien. Es decisión política de hacer esto. El gobierno de Vizcarra encerró a la población y se aceleraron los contagios. En el caso de Sagasti no hizo nada, el programa de vacunación ha sido lenta y solo apostar por las vacunas es un error, sin la estrategia de vigilancia epidemiológica y abrir el primer nivel de atención”, dijo.
Comentó que la salud parece que no es prioritaria en el gobierno salvo decir que viene la tercera ola, pero sin hacer nada. “El otro problema es la educación que no ha sido prioritaria, se cerraron los colegios y los más vulnerables perdieron. No se hizo nada. Los países del primer mundo y en países en vías de desarrollo han priorizado la educación y han trabajado por un retorno. Es suicida abrir los colegios, pero lo profesores deberían estar inmunizados todos y están aptos para llevar ciertas actividades estos niveles de contagios altos”, observó.
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