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EL KEIKISMO DE FUERZA POPULAR APOSTARÁ POR UNA MAYORÍA EN EL CONGRESO Y EL SENADO PARA LAS ELECCIONES 2026

RCR, 23 de diciembre de 2025.- Durante una entrevista en el programa Perú 2030, Paulo Vilca, investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), afirmó que el “keikismo” representa una continuidad transformada del fujimorismo, adaptada al actual contexto democrático del país. El especialista explicó que, si bien esta corriente presenta rasgos que la diferencian del fujimorismo tradicional, mantiene como objetivo central posicionarse como un actor protagónico en los procesos electorales y conservar su relevancia dentro del escenario político nacional.

“Especialmente de cara a lo que ocurre en las elecciones del año 2026, se trata de un actor que no solamente busca tener protagonismo electoral, sino que ha conseguido tener una hegemonía parlamentaria básicamente, que le ha permitido acumular un espacio de poder muy importante”, declaró para RCR – Red de Comunicación Regional.

Precisó que uno de los principales cambios del keikismo respecto al fujimorismo fue la apuesta por una nueva estrategia para acceder al poder, tras tres derrotas consecutivas en las elecciones presidenciales. Esta reorientación llevó a Fuerza Popular a fortalecer sus capacidades parlamentarias con el objetivo de ampliar su presencia en el Congreso, logrando incluso ejercer influencia directa en diversas entidades del Estado.

Asimismo, añadió que esta estrategia permitió al keikismo acceder al financiamiento partidario estatal, el cual se ha convertido en una fuente clave de ingresos para cubrir los gastos básicos de funcionamiento del partido. Dichos recursos se han destinado al sostenimiento organizativo y logístico, al apoyo de los militantes más destacados, al pago de la remuneración del dirigente partidario, así como a la creación de la Escuela Naranja, un espacio orientado a la capacitación y adoctrinamiento político-fujimorista.

“Lo que vemos ahorita no es un proceso automático, ni que ha funcionado de la noche a la mañana y no ha requerido esfuerzo. Sí, el fujimorismo ha tenido que mejorar capacidades, ha tenido que modificar reglas, ha tenido que negociar con muchos partidos para llevar adelante estas reformas, pero también ha dispuesto de recursos con los que no han contado todos los grupos políticos o que los han utilizado de una manera diferente”, subrayó.

No obstante, Vilca advirtió que el sistema político peruano ha derivado hacia una suerte de parlamentarismo impulsado desde el Congreso y liderado, en gran medida, por el keikismo de Fuerza Popular. Indicó que este escenario ha generado un desequilibrio entre los poderes del Estado, en el que el principal centro de poder político se ha desplazado del Ejecutivo al Parlamento, y alertó que esta situación podría agravarse en el próximo año.

“Vamos a pasar, a partir del año 2026, a un modelo parlamentarizado mucho más fuerte en donde el poder político principal va a estar en el Senado, en las que se va a dictaminar finalmente la legislación, qué leyes se aprueban, bajo qué condiciones, en qué términos se aprueba una ley, además de la designación y la rectificación de los cargos en los organismos constitucionales más importantes del Estado”, recalcó.

Remarcó que la capacidad de negociación y de subordinación que ejerce Fuerza Popular sobre otras bancadas se sustenta en la sólida disciplina de voto que mantiene dentro del Congreso. Esta coordinación interna, detalló, la posiciona como una de las agrupaciones políticas más consistentes al momento de tomar decisiones y entablar negociaciones con otros partidos.

“Cuando uno compara cuán disciplinados votan los parlamentarios, es decir, si votan igual o no dentro de una misma organización política, el fujimorismo destaca claramente como el partido más disciplinado en el voto; por supuesto, hay demandas más particulares, pero al momento de votar, el fujimorismo vota casi siempre en bloque”, enfatizó.

Finalmente, sostuvo que las reiteradas derrotas de Keiko Fujimori en las segundas vueltas electorales le han valido la denominación de “perdedora eterna”, lo que ha incrementado la resistencia al fujimorismo en diversos sectores de la sociedad. “Es una paradoja: nunca Keiko Fujimori ha tenido tanto poder, pero tampoco había sido tan rechazada como ahora”, afirmó.

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KEIKISMO Y ELECCIONES