Fuente: Perú 21
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A octubre se registró una tasa de crecimiento interanual de 3.7%, explicada por la mejora de los precios de exportación, así como por el optimismo empresarial, pero factores institucionales evitaron que crezca más de 6%, según el BCP.
Lima, 26 de diciembre de 2025.- La economía peruana inició 2025 con expectativas de crecimiento del 3% e incluso cifras menores para los analistas más prudentes. Sin embargo, a octubre, último dato disponible del año, el PBI ha alcanzado una tasa interanual de 3.7%, lo que obligó a revisar al alza todas las previsiones. Todo esto ocurre a pesar de que la crisis de inseguridad tensionó el escenario político, derivando en la destitución de Dina Boluarte y llevando al Perú a sumar su séptimo presidente en apenas nueve años.
El Banco Central de Reserva (BCR), el BBVA Research, el Área de Estudios Económicos del BCP y del Scotiabank, así como el IPE, aumentaron sus proyecciones de crecimiento.
Para los expertos, varios factores incidieron en dichos resultados, entre los cuales destaca la mejora de la confianza empresarial. Según datos del BCR, las expectativas de los empresarios sobre la economía y su sector se mantuvieron optimistas en el año con indicadores que registraron aumentos cada mes.
Para el economista Juan Carlos Odar, los datos de 2025 han generado una “sorpresa” en la que ha sido importante el papel de la inversión privada que tiene una dinámica mayor a la esperada (ver recuadro de la página 3).
“Lo que es difícil de conseguir es avanzar de manera sostenida alrededor del 3.5% y eso pasa por querer alcanzar un mayor ritmo de crecimiento potencial”, comentó, y señaló que es necesario lograr una mejora en la productividad, de la institucionalidad y del entorno en el cual se hacen los negocios.

Sectores al alza
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), entre enero y octubre de este año, la economía peruana creció 3.36%. Durante ese periodo, el único sector que registró un resultado negativo fue el de telecomunicaciones y otros servicios de información, con una caída de 0.3%.
Distinto es el panorama de pesca, que es el rubro de mayor crecimiento, con 6.34%. El buen desempeño ha sido impulsado por la mayor captura de especies destinadas al consumo humano directo.
Minería e hidrocarburos, por su parte, registró un avance de 2.68% en lo que va del año. Una de las ventajas que ha tenido este sector es la bonanza en los precios internacionales de los metales.
Según el BCR, los términos de intercambio, que miden la evolución de los precios de los bienes que exportamos e importamos, terminarán el año con una tasa de crecimiento de 17%, debido al aumento de los precios de las principales commodities de exportación, como el cobre, oro, zinc y café.
Durante el año, el precio internacional de la plata se ha duplicado y del oro ha aumentado en más del 60%.
Lo negativo es que no entró en operación ningún proyecto significativo de la cartera minera, cuya inversión supera los US$60,000 millones.
En tanto, manufactura hasta el momento tiene un incremento de 1.47%. Solo en octubre, este rubro mostró un avance de 3.06% por el mejor desempeño del subsector fabril en las ramas de elaboración y conservación de pescado, crustáceos y moluscos, entre otros.
Odar también destacó el buen resultado de la construcción (5.47% entre enero y octubre), favorecida principalmente por la expansión de la inversión privada.
Envíos con récord
Sin duda, en la primera mitad de este año una parte de las tensiones se la debemos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El anuncio de los aranceles marcó un periodo de preocupación, tomando en cuenta que dicho país es uno de los principales socios comerciales del Perú.
No obstante, aunque hay sectores que sí se han visto afectados, como el de la joyería, lo cierto es que las exportaciones peruanas han seguido creciendo. Es más, el BCR estima que este año las ventas al exterior alcancen los US$90,647 millones, con lo cual se superarían los US$76,394 millones de 2024. Si se dan estos datos, incluso, la economía se posicionará como cuarto país con mayores envíos en la región, tras superar a Argentina.
Además, las expectativas están puestas en los nuevos acuerdos comerciales y la posibilidad de ampliar la presencia de productos no tradicionales en China, gracias al impacto del Puerto de Chancay.
Hay que tomar en cuenta, además, que si bien el comercio exterior se ha visto favorecido por los precios internacionales, los envíos no tradicionales también muestran dinamismo y en 10 meses ya suman US$18,725 millones, lo que significa un aumento de 16.3% si se compara con el mismo periodo del año pasado.

Elecciones y Populismo
Cuando se inició el año, una de las preocupaciones para 2025 era el inicio de la campaña electoral y su impacto en las proyecciones, tomando en cuenta la cantidad de candidatos que postularían al cargo.
Sin embargo, el presidente del BCR, Julio Velarde, aclaró el último viernes que hasta el momento esto no se ve reflejado.
En la misma línea, el gerente de Estudios Económicos del BCP, Carlos Prieto, aseguró que el entorno internacional es muy favorable para el Perú, motivo por el cual las cifras van por buen camino.
Hay que precisar que algo que marcó la economía este año fue el populismo político que generó la aprobación de iniciativas como el octavo retiro de la AFP, el retiro del 100% de la CTS hasta 2026. A esto hay que sumarle que el Consejo Fiscal también advirtió que entre 2021 y 2026 se aprobaron 229 leyes con impacto fiscal, cuyo costo acumulado ascendía a S/36,000 millones.
Pudimos crecer más
Sin embargo, el consenso entre los economistas es que el país pudo crecer bastante más. Carlos Prieto, gerente de Estudios Económicos del BCP, apuntó al deterioro institucional como uno de los principales frenos. Recordó que los salvatajes a Petroperú y los desembolsos vinculados a la Refinería de Talara han significado un gasto superior a los US$10,000 millones.
“Hay un enorme costo de oportunidad perdido”, sostuvo, al señalar que, con un entorno internacional favorable, el Perú podría haber crecido alrededor de 6.5%, lo que habría permitido reducir la pobreza y ampliar la clase media.
Prieto también cuestionó políticas como los retiros de fondos previsionales y la falta de disciplina fiscal. “Perú debería estar ahorrando porque, así como hay épocas de vacas gordas, hay periodos de vacas flacas”, advirtió.
De cara al 2026, las perspectivas combinan fundamentos macroeconómicos aún sólidos con una mayor incertidumbre interna y un entorno internacional menos dinámico.
En un año electoral, los analistas anticipan una moderación del crecimiento, a la espera de señales más claras sobre el rumbo político y económico del país. Según los analistas, la economía peruana crecería entre 3.1% y 3.4% al cierre de 2025, mientras que para el 2026 las proyecciones se ubican en un rango de 2.7% a 3%.
Inversión privada
La inversión privada mantuvo un crecimiento de dos dígitos en 2025, impulsada principalmente por el buen desempeño de la inversión no residencial, en un contexto marcado por precios internacionales favorables y la ejecución de grandes proyectos. Según el Banco Central de Reserva (BCR), la inversión privada creció 11.4% en el tercer trimestre del año, gracias al impulso del sector minero y de la infraestructura.
El BCR detalló que la inversión no residencial minera repuntó por mayores desembolsos en equipamiento, desarrollo, preparación y exploración. A ello se sumó el avance de proyectos de infraestructura, lo que se reflejó en un crecimiento de dos dígitos de las importaciones de bienes de capital, como vehículos de carga, maquinaria y equipos industriales.
David Tuesta, exministro de Economía y Finanzas, destacó que todos los componentes de la inversión privada muestran tasas positivas. Precisó que la inversión residencial crece alrededor de 2% a 2.5% tras haber estado en negativo el año previo, mientras que la no residencial no minera avanza entre 4% y 5%.
No obstante, Tuesta subrayó que el mayor impulso proviene de la inversión minera, asociada a proyectos que se consolidaron este año por unos US$3,000 millones, como Quellaveco. Sostuvo que el crecimiento responde más al ciclo de commodities que a mejoras estructurales de productividad.

«La trampa de la mochila pesada», por Víctor Fuentes
La economía peruana es hoy un atleta con potencial olímpico que intenta correr una maratón con una mochila llena de piedras. El motor es la inversión privada, que crecería 10% en 2025, su mayor avance desde 2013, empujando el PBI y reduciendo la pobreza en 2 puntos o 600,000 peruanos. Todo en un contexto internacional favorable, con términos de intercambio en niveles récord.
El problema es la mochila. Dentro van el empleo juvenil, que suma 3 años de caída, la expansión acelerada de la inseguridad y la minería ilegal, y un deterioro fiscal alimentado por el populismo: las remuneraciones ya representarán 36% del presupuesto nacional, restando espacio para inversión pública de calidad.
Con ocho presidentes desde 2016, la inestabilidad política se ha vuelto parte del paisaje. Si no recuperamos disciplina fiscal, seguridad y reglas claras para invertir, el rebote de 2025 será apenas un respiro frágil. El problema del atleta peruano no es el motor, sino la mochila que se empeña en no soltar.












