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DEJANDO HUELLAS IMBORRABLES, SE FUE UN AÑO DESAFIANTE

Fuente : Diario Voces 

El 2021 nos plantea retos difíciles que no se pueden eludir.
SEMBRAR CONFIANZA, CONSTRUIR CONFIANZA

Iniciamos este año y cuando quisiéramos olvidar o borrar los problemas y desgracias que dejó el 2020, es necesario asumir que este año no será, en modo alguno, suaves, llevaderos.

El 2021 se nos viene sembrado de enormes desafíos, de problemas que resolver, de conflictos que afrontar y si queremos prosperidad, habrá que construirla. Otros conflictos más pueden irrumpir en las próximas semanas, y cruzarse con la tensión electoral, al punto que podríamos acercarnos a una nueva crisis política de proporciones si no somos capaces de DIALOGAR.

La vacuna contra el SARS-CoV2, que sigue en un estado nebuloso hasta definir y cerrar los contratos, porque el rebrote de contagios está entre nosotros y el virus de la pandemia ha sido, es y sigue siendo desafiado en las familias en nuestra región; las necesidades económicas ante la falta de trabajo y empleo siguen empujando a nuestra gente a las calles. Mientras mafias organizadas invaden tierras, talan saquean nuestros bosques sin pena ni misericordia.

La ola reventó en Piura, Lima, Iquitos; al parecer el rebrotote de la pandemia va por el mismo camino de su irrupción; dado el escenario, en San Martín, no podemos caer nuevamente, en el estado de desesperación vivido entre junio julio y agosto del año pasado, esperamos mayor capacidad de gestión GORESAM para lograr personal médico especializado, plantas de oxígeno operativas, farmacias de nuestros hospitales las postas médicas abastecidas, nuestro personal médico, enfermeras y técnicos con los implementos de bioseguridad; la Directora Regional de Salud ha mostrado reflejos, inspira seguridad al conocer mejor nuestra realidad, no podemos fallar; el trabajo en pared debe de ser la gestión de los 10 alcaldes provinciales y en conjunto de la comunas, y en esa misma mirada orientar el accionar de los alcaldes distritales, no se puede volver a mostrar la inercia y falta de reacción mostrada el año pasado con una opaca gestión y oscuro proceder de algunos alcaldes y burócratas reciclados en el mundillo concejal.

La SUNAT tiene que hacer su chamba.

Comentario aparte, merece los que se acogieron a los paquetes de reactivación económica en San Martín, son pocos y conocidos los beneficios sin que hayan cumplido con los filtros y activa participación para apalancar el empleo y la producción en la regiòn, se dice que algunos estarían intentando maquillar inversiones con algunos ceros de más para “sacarle la vuelta” al estado, la SUNAT ya los habría puesto en la mira.

Buenas señales

Son varios los factores que depende la recuperación económica, que comienza a dar buenas señales a juzgar por cifras recientes ofrecidas por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Según este organismo, la economía peruana podría crecer hasta 9% en el 2021, luego de haber caído cerca del 13%, gracias a un “efecto rebote” compensatorio.

Es decir, a una subida algo vigorosa desde el abismo, que no nos devolvería a la situación prepandemia, pero que al menos podría hacer que el Estado, las empresas y la población recuperen oxígeno. Todo dependerá, sin embargo, de que la situación sanitaria no se vuelva a desbordar y nos obligue a confinarnos sin remedio.

Son varias las piezas que hay que poner sobre el tablero y, por lo mismo, la otra dimensión que tiene que funcionar, de manera mínimamente sensata, es la política. La elección de abril del 2021 no puede convertirse, una vez más, en una ruleta peligrosa, en la enésima temporada de la búsqueda del “mal menor” o del militante voto “anti”.

¿Seremos capaces de vivir y recibir con honor el Bicentenario?

No hay manera de saberlo, pero sí podemos exigirles a nuestras autoridades, a las dirigencias de las organizaciones sociales y al mismo empleado público y privado que aplaque su vena destructiva e interprete mejor las demandas ciudadanas de seguridad, justicia social, salud pública. O simplemente que no excluya a la decencia y la honestidad de la escena pública.