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CERCA DEL 60% DE CAFICULTORES PERUANOS TRABAJA DE MANERA INFORMAL

Sector cafetalero genera más de 2 millones de empleos directos e indirectos

Lima, 3 de mayo de 2025.- El café peruano es una de las principales exportaciones agrícolas del país, al representar el 0.2% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional y generar más de 2 millones de empleos directos e indirectos. Sin embargo, la industria cafetalera sigue enfrentando grandes desafíos como el acceso a financiamiento, la falta de capacitación técnica y los efectos del cambio climático sobre la producción.

Según el Estudio de Investigación Sectorial del Café del Ministerio de la Producción (Produce), entre 2019 y 2023, la producción de café en el Perú experimentó variaciones, con una caída del 23.1% en 2022 y una recuperación del 6.5% en 2023. Este comportamiento refleja la vulnerabilidad del sector ante factores externos y la necesidad de políticas más sólidas para su fortalecimiento.

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“La caficultura es el motor económico de miles de familias alrededor del país, pero seguimos luchando contra la falta de acceso a financiamiento y mercados justos, y que en el Perú el quintal de café se vende muy por debajo de su valor real y eso es inviable para una familia que desea vivir de este cultivo”, afirma Johanna Paternina, caficultora de Quillabamba y fundadora de Asurimak. “Demandamos tener mayor consideración por parte del Estado para la capacitación técnica y la sostenibilidad de nuestros cultivos, y es que muchos agricultores no tienen acceso a información para mejorar sus productos”, añadió.

El Plan Nacional de Acción del Café Peruano (2018-2030) establece estrategias para mejorar la competitividad del sector, pero su implementación ha sido lenta. Uno de los mayores retos sigue siendo la informalidad: el 59.2% de los empleos en la industria cafetalera son informales, lo que afecta la estabilidad económica de los trabajadores.

“El café peruano tiene un reconocimiento internacional creciente, pero internamente aún no logramos consolidar una cultura de consumo fuerte, ya que el peruano solo llega a consumir 1.4 kilogramos (kg) por año, a comparación de países como Colombia y Brasil que llegan a 2.5 kg y 6 kg, respectivamente. Es fundamental fomentar el consumo local y educar a los peruanos sobre la gran calidad de nuestro producto. Aprender a valorar lo nuestro”, señala Paternina.

A pesar de estos desafíos, Perú sigue destacándose como uno de los principales exportadores de café orgánico en el mundo. Las certificaciones de comercio justo y sostenibilidad han permitido acceder a mercados premium, pero la adopción de estas certificaciones aún es limitada debido a la falta de información y recursos.

La industria cafetalera necesita un compromiso conjunto entre el Estado, el sector privado y las comunidades productoras para asegurar su desarrollo. El fortalecimiento del acceso a financiamiento, la promoción del consumo interno y la capacitación técnica son clave para que el café peruano siga siendo un pilar económico y social del país.

Fuente: Andina