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ADVIERTEN QUE PROBLEMAS DE SALUD MENTAL PODRÍAN AUMENTAR MÁS EN ESTA SEGUNDA OLA DE COVID-19

Nota de prensa 

Especialistas del Instituto Guestalt de Lima (IGL) advierten que la salud mental de la población está seriamente afectada y, por ello, se debe considerar que con el rebrote de casos de COVID-19 podría empeorar algunos cuadros, incluso más que durante la primera ola.

Así lo dio a conocer el psicólogo y psicoterapeuta, Manuel Saravia Oliver, director del IGL, quien explicó que en la primera ola hablábamos de más de un 70% de personas con cuadros de estrés, irritabilidad, ansiedad, problemas para dormir, cansancio y síntomas de la fatiga pandémica tras 10 meses de restricciones y cambios en la vida personal, familiar y de pareja de las personas.

“Estamos viendo con preocupación que las tendencias ya nos muestran un incremento de problemas mentales debido a la incertidumbre, falta de medios económicos, desempleos y esperanza de mejora. En el Perú muchas personas viven en la informalidad, de su día a día y no tienen los medios para subsistir, sumado todo ello al agotamiento de la población que ya sale a las calles masivamente”, precisó.

El especialista dijo que esta segunda ola de contagios traería problemas muy serios en la estabilidad de las personas, provocando efectos aún más nocivos, principalmente para los niños y los adultos mayores al tener problemas de adaptación y socialización.

Priorizar la salud mental de las personas

Saravia enfatizó que la pandemia de Covid-19 está provocado una crisis de salud mental a una escala nunca antes vista en todos los países. “La Organización Mundial de la Salud ha reportado que la depresión, la ansiedad, el estrés y la violencia doméstica son una pandemia silenciosa sin precedentes y de ahí el llamado a que el Gobierno lidere una campaña potente considerando que la ciudadanía está agotada y muchos no querrían vacunarse”.

“A estas alturas cualquier medida dirigida a la población debe tener en cuenta como está la salud mental de las personas, ya que no habrá autocuidado si no tomamos en cuenta las motivaciones reales e intereses. Desde hace meses se ha pedido una campaña real y sostenida en salud mental sin buenos resultados”, comentó.

Por ejemplo, el personal de primera línea de atención debería propiciar la psicoeducación de la población para, de este modo, controlar los pensamientos catastróficos que se producen, estableciendo y fortaleciendo los canales de atención y consejería, tanto para el manejo físico como el emocional de la población, reforzando la idea de que gracias al confinamiento se está ayudando a mantener a nuestras familias, y a las personas en general, seguras, incluidas aquellas particularmente vulnerables.

“Durante todo el año pasado se descuidó el tratamiento de muchas enfermedades, incluso de los problemas o trastornos de salud mental. Muchos pacientes no pudieron tratarse adecuadamente por lo que se encuentran más inestables que antes y en otros casos, personas que antes estaban bien ya tienen nuevos problemas que si no se atienden van camino a agudizarse. Hay que fortalecer el trabajo preventivo y la promoción de la salud en los gobiernos locales”, indicó.

Uno de los grandes problemas de la atención en salud mental que enfrenta el Perú y América Latina en una situación ‘normal’ es que no cuenta con suficientes psiquiatras y psicólogos para atender a las personas con enfermedades mentales y los que hay están ubicados mayormente en las grandes ciudades, lo cual dificulta el tratamiento.

El experto en salud mental recomendó hoy más que nunca verbalizar nuestras emociones. “Hablar diariamente de nuestros sentimientos y miedos para saber cómo estamos en el hogar o buscar ayuda especializada si hubiera situaciones que no se pueden manejar es una estrategia preventiva oportuna que puede dar grandes frutos”.