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Advierten que antimineros pretenden paralizar Las Bambas para contribuir a crear caos económico en el país

Analista Víctor Andrés Ponce cree que gobierno de PPK será firme con extremistas que lucran y extorsionan a las empresas con su activismo.

RCR, 30 de junio de 2016.- El radicalismo antiminero en el Perú tiene como principal objetivo paralizar a la minería para que la desaceleración económica se profundice e incluso exista la posibilidad de una recesión y en este escenario resurja el discurso estatista, anti mercado y contra la economía abierta que la izquierda aboga, sostuvo Víctor Andrés Ponce, director del portal de opinión El Montonero.

En entrevista a RCR, Red de Comunicación Regional, el analista político dijo que a los extremistas antimineros también los anima el afán de lucro pues esa actividad –“que se sustenta en relatos, mitos y mentiras”- es muy rentable económicamente.

Señaló que tras golpear a la economía, los radicales recordarían a la población que ellos siempre advirtieron que el modelo primario exportador iba a fracasar, es decir, sería “una especie de profecía auto cumplida porque si paralizan los principales proyectos mineros obviamente están desacelerando la economía del país debido al enorme aporte que tiene la minería con el crecimiento”.

Llamó la atención sobre la gran responsabilidad que tiene el extremismo antiminero en la desaceleración económica pues si estuviesen operando Conga, Tía María y otros proyectos paralizados, en el 2015 el Producto Bruto Interno del Perú no habría crecido tres puntos sino cinco.

Objetivo: Las Bambas

El director de El Montonero alertó que los radicales anti mineros tienen como objetivo inmediato paralizar el proyecto cuprífero Las Bambas (provincia de Cotabambas, Región Apurímac) pues “si golpeas Las Bambas golpeas la columna vertebral, el alma y corazón de la minería del Perú” ya que se trata del proyecto minero más grande de la historia del país con una inversión de US$ 10 mil millones y la producción de 400 mil toneladas anuales de cobre.

Subrayó que con el desarrollo de Las Bambas, la ampliación de la mina Cerro Verde (Región Arequipa) y Constancia (Cusco), el Perú ha logrado recuperar su papel protagónico en la producción de cobre a nivel mundial, pues estas tres empresas producen en conjunto más de un millón de toneladas de cobre anual.

A esto se suma, anotó, que estos proyectos articulan un corredor minero del Sur vinculado al puerto de Matarani (Islay, Región Arequipa) cuyo proyecto de modernización lo convertiría en un puerto hub e incluso habría espacio para despachar de allí la producción de gran parte del cobre de Chile.

La pista del dinero

Durante los últimos días, varios medios de comunicación han advertido sobre el protagonismo en la zona de Las Bambas del radical antiminero Rodmy Cabrera, individuo que tiene antecedentes de violentismo contra las inversiones en otras regiones del sur del país. Al respecto, el director de El Montonero dijo que este tipo de activistas “son brokers del radicalismo antiminero”.

Señaló que el activismo radical antiminero es rentable en términos económicos, un ejemplo ilustrativo es Grufides (que fundó y dirige Marco Arana, ex sacerdote y congresista electo del izquierdista Frente Amplio) ONG que ha justificado sus proyectos de financiamiento en base a una historia acerca de Conga, en Cajamarca, y supuestas amenazas al medio ambiente: al haber contribuido a la paralización de este proyecto, Grufides ha consolidado sus posibilidades de financiamiento en el exterior y además, en la línea de fortalecer su relato antiminero, ha inventado una falsa heroína medio ambiental, la campesina Máxima Chaupe.

Recordó que el radicalismo antiminero también es rentable con la extorsión a las empresas mineras, práctica delictiva que es muy usual en este tipo de conflictos, un ejemplo, recordó, es el caso del “dirigente de las lentejas”, Pepe Julio Gutiérrez, cabecilla antiminero contra el proyecto Tía María (Islay, Región Arequipa) que está encarcelado precisamente por el delito de extorsión.

El discurso antiminero: mitos y mentiras

Ponce refirió que tras el fujimorato de la década del 90, cuando el país recuperó la democracia, la izquierda se dedicó a construir “los grandes relatos” sobre el desarrollo y sobre la reciente historia nacional, un ejemplo son las conclusiones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación las cuales expresan una tendencia política, otro relato de gran importancia está referido a la minería y el desarrollo con la idea central de que minería produce desastres ambientales, “construyen relatos, mitos y mentiras, que han empezado a formar parte del sentido común de la gente”, alertó.

Respecto al caso Conga, recordó, la izquierda antiminera sostuvo que el desarrollo de la industria minera en cabeceras de cuenca liquidaría los recursos hídricos, sin embargo el agua proviene de las precipitaciones pluviales, en consecuencia, si en las cabeceras se desarrollase una política de construcción de represas se resolverías el problema hídrico en la región.

En el caso de Tía María, la izquierda también creó un falso relato con el tema del polvo que iba a producir el tajo abierto pues durante sus campañas presentaban a la población videos de los estragos que causaron las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki y aseguraban que algo parecido iba a pasar si entraba en operación la mina de Tía María, el caso es que para hacer el tajo, dijo, se necesita micro explosiones que levantan tres a siete centímetros de partículas de polvo.

Inoperancia del Estado

Más adelante, Víctor Andrés Ponce criticó el retraso del Estado en asumir efectivamente sus compromisos a favor de la población de la zona de Las Bambas, tal como lo establece los acuerdos firmados en la Mesa de Desarrollo. En base a esa falta, deploró, “el radicalismo minero desarrolla sus estrategias y relatos en el sentido de culpar a la empresa de todos los retrasos y problemas que hay en la región y esa es la tónica en todas las regiones y provincias donde hay proyectos mineros”.

Llamó la atención que los extremistas antimineros han cometido y están cometiendo varios delitos -arrasado con la Constitución, con las leyes civiles, con los contratos- y deberían haber sido investigados, procesados, sentenciados y purgando cárcel “pero en el Perú el Estado no tiene autoridad”.

“El Estado ha perdido no solamente la eficacia en invertir y cumplir los cronogramas de los proyectos sino también ha perdido autoridad en el ejercicio de la ley (…) Hay que cambiar la lógica del Estado para que haya una sinergia adecuada y para impedir estos radicalismos”, sentenció.

Expectativa con gobierno de PPK

El analista político criticó a la saliente administración de Ollanta Humala por haber sido “un gobierno de desgobierno en general (…) que ha deteriorado de tal manera la administración pública que los radicales están haciendo lo que les parece”, además sostuvo que “si existe la voluntad de gobernar cualquier gobierno va a ser superior a este (…) El Estado no tiene autoridad en estas zonas (donde campea el radicalismo anti minero) y son especie de zonas liberadas donde no se ejerce la autoridad y no se cumple la ley”.

En ese sentido, expresó su confianza que el presidente electo Pedro Pablo Kuczynski convocará a los tecnócratas y políticos adecuados “para hacer que el Estado, su presupuesto e inversiones en las regiones mineras empiecen a funcionar adecuadamente para que la cosa cambie pues si la gente empieza ver que hay carreteras, postas médicas, reservorios y represas de agua, inmediatamente las posibilidades de agitación antiminera se van a acortar, por otro lado, si el Estado recupera el predicamento con la población entonces va a tener la autoridad para aplicar la ley contra los radicales”.

Escuche la entrevista completa.