RCR, 17 de diciembre de 2025.- José Luis Gargurevich, director ejecutivo de Proética —capítulo peruano de Transparencia Internacional—, señaló que los resultados de la XIII Encuesta Nacional sobre percepciones de la corrupción en Perú 2025 elaborada por la institución revela un mayor nivel de conciencia ciudadana sobre el impacto de la corrupción en la vida nacional.
Según explicó, la mayoría de peruanos reconoce que este problema no solo persiste, sino que está estrechamente vinculado a los principales fenómenos negativos que afectan al país, como la inseguridad, la precariedad de los servicios públicos y la desconfianza en las instituciones.
Pese a que los resultados muestran que una gran mayoría de peruanos no percibe la existencia de una solución frente al crecimiento desproporcionado de la corrupción, Gargurevich consideró este panorama como una oportunidad como un llamado de atención para las autoridades y la sociedad civil, a fin de promover reformas efectivas que permitan enfrentar el problema y revertir sus efectos en el Perú.
“Cuando la gente dice inseguridad, cuando la gente dice delincuencia, crimen organizado, en realidad la gente ahora es más consciente que esas economías ilegales o esa criminalidad no podría subsistir sin la corrupción, sin la protección de la corrupción, sin la protección de la impunidad”, declaró para Perú 2030 en RCR – Red de Comunicación Regional.
Indicó que el 87 % de la población considera que la corrupción afecta directamente la vida cotidiana de las personas. Agregó que esta percepción se extiende incluso a los servicios públicos que los ciudadanos utilizan a diario, como la educación, la salud y los programas de alimentación escolar, ámbitos en los que la población identifica prácticas irregulares que impactan negativamente en su calidad y acceso.
El director explicó que el “jaloneo institucional” que se viene produciendo entre los titulares del Ministerio Público (MP) constituye un grave problema interno que ha debilitado seriamente a la entidad. Esta situación, precisó, ha llevado a que el MP ocupe el segundo lugar entre las tres instituciones percibidas como más corruptas del país, según los resultados de la encuesta.
Asimismo, afirmó que el incremento de la corrupción a nivel institucional responde, en gran medida, a una falta de transparencia que ya no es exigida con la misma firmeza por la ciudadanía, lo que facilita estas prácticas irregulares y debilita los mecanismos de control.
“Estamos desconectados, entonces no tenemos la fuerza de exigir transparencia como antes, pero eso es un cambio, el Estado ya no está transparente como antes. Incluso podría decir que el Estado da un montón de información en sus portales, pero no da información crítica para poder hacer control, fiscalización, digamos, desde afuera”, dijo.
Gargurevich enfatizó que, frente a hechos de corrupción que la ciudadanía presencia, muchas personas optan por no denunciarlos al considerar que se trata de una pérdida de tiempo y que no habrá una respuesta ni una solución efectiva. Esta percepción de impunidad, advirtió, contribuye a que la corrupción se mantenga y se normalice en distintos ámbitos.
En ese contexto, destacó la urgente necesidad de fortalecer las políticas de integridad, promover una mayor transparencia en las instituciones públicas y abordar de manera decidida el problema cultural que rodea a la corrupción.
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