RCR, 20 de Agosto 2025.- Representante de Ascalpe afirma que el programa ha logrado mejoras en la alimentación, sanidad, y en la genética del ganado en Cajamarca.
Daniel Aréstegui Otazu, gerente de la Asociación Civil Alpaca del Perú (Ascalpe), planteó que el programa “Ganaderos de Altura”, impulsado por Newmont FONCREAGRO en Cajamarca, sea sistematizado y replicado a nivel nacional. Agregó que esta experiencia constituye un modelo de éxito en la ganadería sostenible andina y su difusión permitiría que otras regiones del país, con condiciones similares, accedan a los beneficios alcanzados.
“Uno de los grandes retos que tiene Newmont FONCREAGRO es sistematizar y evidenciar todas esas experiencias para el valor del conocimiento, que hoy en día es importante. Entonces, sí creemos que Ganaderos de Altura es un modelo de éxito, un modelo de lecciones aprendidas para la ganadería andina sostenible del país”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Precisó que el programa ha logrado tres mejoras sustanciales en el agro altoandino de Cajamarca: primero, en la alimentación, con la implementación de 4,200 hectáreas de pastos mejorados que elevaron el rendimiento de 11 a 39 toneladas por hectárea al año; segundo, en la sanidad, al reducir la prevalencia de la fasciola hepática de 73% a 11%; y tercero, en la genética, mediante la incorporación de más de 6,300 animales mejorados para la producción láctea.
“Ganaderos de Altura ha logrado identificar a aquellos ganaderos líderes que han apostado por generar una actividad casi agrosilvopastoril, recuperando la pradera de la ladera de los cerros; ha logrado utilizar eficientemente el recurso agua, ha incorporado especies forrajeras que se han adaptado a la zona, y utiliza la forestación como barreras naturales, permitiendo desarrollar una ganadería eficiente”, expresó.
Aréstegui sostuvo que estas acciones han permitido que la productividad lechera se eleve significativamente por encima de los 3.000 metros de altitud, superando limitaciones geográficas históricas. Resaltó que los ganaderos participantes han incorporado prácticas agrosilvopastoriles, como la recuperación de praderas en laderas de cerros, el uso eficiente del agua, la siembra de especies forrajeras adaptadas a la zona y la forestación con barreras naturales que garantizan sostenibilidad.
“Las buenas prácticas ganaderas empiezan desde el ordeño, el cuidado de la administración de antibióticos u otro producto químico que tiene que tener su periodo de resguardo para que ese producto químico no esté presente en la leche y a su vez en el producto final. Todo ese conjunto de medidas, protocolos, procedimientos y medios de verificación, hay que demostrarlo, porque complementa el manual del manejo ganadero”, apuntó.
Subrayó que Ganaderos de Altura ha demostrado que la agricultura familiar puede ser rentable si cuenta con conocimiento, acompañamiento y tecnología. En ese sentido, precisó que los indicadores de éxito deben medirse en función de la rentabilidad del productor, la mejora en la calidad y cantidad de leche por vaca, la optimización de costos y la obtención de precios justos en el mercado.
“Este programa ha logrado identificar a aquellos ganaderos líderes que han apostado por generar una actividad casi agrosilvopastoril, recuperando la pradera de la ladera de los cerros, han logrado utilizar eficientemente el recurso agua, han logrado incorporar especies forrajeras que se han adaptado a la zona, y utiliza la forestación como barreras naturales, que permiten tener una ganadería eficiente”, enfatizó.
Finalmente, remarcó la necesidad de documentar y sistematizar esta experiencia para que no quede únicamente en el ámbito local. “No podemos permitir que, teniendo modelos de éxito, se repitan errores ya superados en otras regiones. Ganaderos de Altura es la cereza del pastel de la ganadería andina, y debe servir de guía para que el país construya una ganadería sostenible y competitiva desde la agricultura familiar”, concluyó.