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100 AÑOS DE CHAVÍN: CONOCE LA HISTORIA DEL DESCUBRIMIENTO DEL MONUMENTO ARQUEOLÓGICO

Fuente: Agencia Andina 

Era el año 1919, la construcción de la carretera Catac–Huari, en la sierra de Áncash, se efectuaba a toda marcha, fue en ese contexto en que el arqueólogo peruano Julio C. Tello, halló el primer vestigio que lo llevó a descubrir el monumento arqueológico Chavín de Huantar.

Julio C. Tello llegó hasta Áncash como parte de la expedición por el hallazgo de una cabeza clava –que actualmente podemos visitar en el templo Chavín de Huantar. Este vestigio arqueológico fue encontrado en el lado suroeste del edificio A del complejo.

La historia de Chavín de Huantar se remonta a muchos años atrás, en varios momentos se supo de su existencia, por ejemplo, en la segunda mitad del siglo XIX el explorador italiano Antonio Raimondi quedó impresionado por el monumento, pero lamentó su estado de abandono y que los pobladores lo usaran como cantera para abastecerse de piedras. Luego el alemán Ernst W. Middendorf exploró el sitio descubriendo la gran escalinata que conduce de la Plaza Cuadrada al Templo Mayor.

Sin embargo, es con Julio C. Tello que Chavín de Huantar recobra importancia, el arqueólogo peruano destacó su aporte y la consideró la cultura peruana más antigua y la que dio origen a la civilización andina.

En la actualidad, el Monumento Arqueológico Chavín de Huantar, tiene una extensión de 14 hectáreas, pero se cree que su tamaño era mayor e incluso ocuparía gran parte del pueblo, es decir del distrito de Chavín de Huantar.

“La misma expansión urbana y la erosión del río (Huachecsa y Mosna) fue generando la reducción por así decirlo del espacio que ocupaba el templo. Sin embargo, sí tenemos la certeza que en la misma zona urbana se pueden encontrar restos de esta cultura, de hecho, las bases del centro cívico de la ciudad forman parte de las evidencias de la cultura Chavín”, afirma la arqueóloga residente del Proyecto de Investigación y Excavación Chavín de Huantar, Lizet Rojas Pelayo para la Agencia Andina.

Las investigaciones realizadas por Julio C. Tello sobre Chavín de Huantarle llevaron a concluir que fue la madre de las civilizaciones andinas del Perú y que además se desarrolló durante la etapa formativa de la historia de nuestro país, específicamente en el Horizonte Temprano.

Se cree que otros centros ceremoniales del Ayacucho, Puno, Ica y Huánuco, han tenido una influencia directa de la Cultura Chavín.

Centro ceremonial

La Cultura Chavín es caracterizada por su alto contenido ceremonial y religioso. Era un estado teocrático que tenía veneración al dios Jaguar. Además, se era gobernada por sacerdotes. Hasta el momento no se han encontrado vestigios firmes que puedan asegurar que se realizaban sacrificios humanos, como en otras culturas.

“Chavín era básicamente un oráculo de gestión de promoción de sistemas de creencias, venían peregrinos de diversas secciones del país que traían ofrendas al monumento, como piedras preciosas, cerámicas finamente trabajadas, entre otras”, detalla la arqueóloga Rojas.

Descubrimientos

Cien años después, los hallazgos han ido sumándose. Así, por ejemplo, se tienen los edificios monumentales, la plaza circular, las lápidas, la plaza cuadrada, la cabeza clava. En tanto, en la zona periférica están los corredores y las galerías subterráneas.

“Todos los investigadores que fueron aportando en sus distintas temporadas, nos han ayudado a comprender la forma de cómo comprender a esta cultura y conocer más de sus creencias y su mundo”, destaca Rojas.

La especialista recuerda entre los hallazgos más importantes el que hizo Luis Guillermo Lumbreras, que fue el de la plaza circular y las galerías de las ofrendas. En el 2001, bajo la dirección de John Rick se descubrió las galerías de las caracolas y en el 2015 la galería de la explanada.

“El año pasado se han descubierto tres galerías más que están de manera continua al sur del monumento”, afirmó.

Actualmente el Programa de Investigación y Excavación de Chavín de Huántar ya tiene 25 años trabajando en el monumento. Este es financiado por la empresa privada y cuenta con la participación de importantes investigadores. La especialista remarca que las más de 50 personas que laboran en este proyecto apenas han podido descubrir el 15 por ciento del total de vestigios que pueden ser hallados.

Hoy los ancashinos celebran con orgullo que en sus tierras se esconda tan importante monumento de una de las culturas más fascinantes del Perú antiguo.